La Proclamación De La Segunda República Española En La Gomera (14 De Abril De 1931)
En Madrid el 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República, consecuencia del agotamiento del sistema político de la Restauración y de la incapacidad de su rey Alfonso XIII (bisabuelo del actual rey español) de asumir sus errores durante la Dictadura, pues este monarca apoyó en su momento la dictadura fascista de Primo de Rivera.
La proclamación de la Segunda República fue recibida con entusiamo por los sectores más polulares de España y de La Gomera, se entendió como una oportunidad para contrarrestar el feroz caciquismo que controlaba muchos pueblos de la isla. Para el caciquismo fue un duro golpe, no aceptará el nuevo régimen y deseará desde el primer momento acabar con él, pues significaba entregarle la soberanía al pueblo, algo que chocaba contra sus intereses. En algunos pueblos, como Hermigua o Vallehermoso, la República fue recibida con júbilo, algo que los sectores de la extrema derecha no olvidarán, apoyando estos grupos extremistas con fervor el golpe de estado de julio de 1936 del general Franco. Leamos estos dos interesantes artículos que nos da idea de la ilusión, alegría y esperanza con la que fue recibida la República en La Gomera; es una parte de nuestra historia que ha quedado en olvido durante años pero que hoy intentamos mostrar.
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La República en la Gomera
La República ha sido recibida con júbilo nunca visto en esta isla. Desde las primeras horas del lunes la expectación era enorme, recorriendo alborozados por la tarde los pueblos nutridos grupos, al recibir noticias de Madrid, participando la inminencia de la solución.
El martes el júbilo no tuvo limites, gastándose considerables cantidades en cohetes y haciéndose suscripciones públicas, con las que se dió de cenar al mucho pueblo que se habla reunido.
Se anuncia una imponente gira de todos los pueblos a la Laguna Grande, en donde celebrar el magno acontecimiento, al mismo tiempo que tomar las normas por que se ha de regir el nuevo cantón de la República de Canarias.
Se ha hablado insistentemente de cambiar el nombre de la Gomera, por el de la isla de la "Gratitud" y solicitar inmediatamente del Gobierno la terminación de la carretera de circunvalación y el Puerto de San Sebastián.
También se acordó por la junta revolucionaria de Hermigua recabar fondos para adquirir dos autogiros con que establecer comunicación diaria con las islas grandes, y dar un voto de confianza al doctor don Antonio Barroso de León hijo de aquel pueblo, para que represente en Madrid a la Gomera, como enviado de la misma.
En telégrafos está de continuo estacionado un gentío. Se está organizando la guardia republicana nacional.
Diario El Progreso. Sábado 18 de abril de 1931.
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Desde San Sebastián de La Gomera
EL ADVENIMIENTO DE LA REPÚBLICA
Las primeras versiones
Desde las primeras horas del día catorce circulaban insistentemente rumores del cambio de régimen, viéndose en los alrededores del Centro de Telégrafos nutridos grupos que esperaban noticias del desarrollo de los acontecimientos.
El pueblo presentaba un aspecto movido e interesante, no tardando chispazos da manifestaciones que no tardaron a realizarlas.
La noticia. Júbilo, la manifestación
Al conocerse con seguridad la noticia de la proclamación de la República, trasmitida por telégrafo, con entusiasmo fué desbordante y en medio del júbilo indescriptible diéronse vivas a la República naciente, a España, a Alcalá Zamora y a otras personalidades, disparándose numerosos cohetes entre el contento general, que cristalizó en diversas manifestaciones que recorrieron la población.
Al siguiente día, confirmada oficialmente, se formó alrededor de las cuatro de la tarde una imponente manifestación compuesta por elementos de todas las clases sociales, las que con delirante entusiasmo aclamaba la República, recorriendo las principales calles acompañada de la Banda de música local y presidida por los elementos del Comité republicano.
Organizada en la plaza de la iglesia y marchando a su frente la bandera republicana partió por la antigua calle Central entre disparos de inmensa profusión de cohetes y repique de campanas.
Al pasar frente al domicilio del señor alcalde hizo alto la manifestación que en medio de frenéticos vivas requirió la presencia de aquella autoridad. Al aparecer ésta en el balcón se multiplicaron los vivas y aplausos. Impuesto el silencio, el señor Hernández dirijió la palabra a los manifestantes y en tonos concisos y sugestivos hizo resaltar la importancia que significaba para España el feliz advenimiento de la República y adaptándola a la vida local indicó de paso su abnegado militar en las filas republicanas, y después de un auténtico resumen de los dones civiles que la República venía a traernos, terminó con entusiastas vivas a España, a la república y a la Gomera, que el público contestó preso de la mayor emoción. Entre los aplausos de la multitud pasó la autoridad municipal a presidir la manifestación, engrosando un gran núcleo del sector obrero que al esperaba en los alrededores de la Federación, siguiendo alegremente su trayectoria.
Al llegar frente a la Comandancia de Marina donde ondeaba la bandera republicana, vitoreósele largo rato, aplaudiendo el Delegado del puerto que saludaba desde un balcón a los manifestantes.
Acto continuo la manifestación se dirijió al Casino de San Sebastián, cuya fachada ostentaba asimismo la bandera tricolor, haciendo uso de la palabra desde los balcones de aquel edificio el notable orador Evaristo Lino Armas, que en tonos brillantes y emocionados hizo resaltar primeramente la capital importancia que revestirá la naciente República para nuestra patria, haciendo hincapié en los sanos principios en que ésta se base.
Expresa el singular contento que de veras se produce al ver a su pueblo respondiendo como se merecía a la nota de regeneración que para España significaba la implantación da este régimen democrático.
Veo hoy a mi pueblo—dice—, quizá el más atropellado de todos, resucitar dignamente y al parangonarse en entusiasmo con las mas sensibles regiones españolas dá una nota acabada de conciencia y civismo, que tanto se buscaba en tiempos que lo ha necesitado.
En un arrebato de inspiración y sentimiento con una verbosidad florida e inimitable, concluye indicando la parte por la cual la implantación del nuevo régimen, la Gomera, como pedazo de España, alcanzaba, ya que constituía el triunfo de la soberanía del pueblo y de la moral, que será lumbrera en futuras actuaciones porque el pueblo sabrá imponerla, a trueque del rudo gobierno del cacique en las etapas de su poderío, que sintetizó a grandes rasgos, y que llevó -dice- a nuestra isla, a España entera a la degradación y la vergüenza.
Finaliza dando vivas significativos que son contestados con delirante entusiasmo por la multitud. [...]
Diario El Progreso. Sábado 25 de abril de 1931.
La proclamación de la Segunda República fue recibida con entusiamo por los sectores más polulares de España y de La Gomera, se entendió como una oportunidad para contrarrestar el feroz caciquismo que controlaba muchos pueblos de la isla. Para el caciquismo fue un duro golpe, no aceptará el nuevo régimen y deseará desde el primer momento acabar con él, pues significaba entregarle la soberanía al pueblo, algo que chocaba contra sus intereses. En algunos pueblos, como Hermigua o Vallehermoso, la República fue recibida con júbilo, algo que los sectores de la extrema derecha no olvidarán, apoyando estos grupos extremistas con fervor el golpe de estado de julio de 1936 del general Franco. Leamos estos dos interesantes artículos que nos da idea de la ilusión, alegría y esperanza con la que fue recibida la República en La Gomera; es una parte de nuestra historia que ha quedado en olvido durante años pero que hoy intentamos mostrar.
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La República en la Gomera
La República ha sido recibida con júbilo nunca visto en esta isla. Desde las primeras horas del lunes la expectación era enorme, recorriendo alborozados por la tarde los pueblos nutridos grupos, al recibir noticias de Madrid, participando la inminencia de la solución.
El martes el júbilo no tuvo limites, gastándose considerables cantidades en cohetes y haciéndose suscripciones públicas, con las que se dió de cenar al mucho pueblo que se habla reunido.
Se anuncia una imponente gira de todos los pueblos a la Laguna Grande, en donde celebrar el magno acontecimiento, al mismo tiempo que tomar las normas por que se ha de regir el nuevo cantón de la República de Canarias.
Se ha hablado insistentemente de cambiar el nombre de la Gomera, por el de la isla de la "Gratitud" y solicitar inmediatamente del Gobierno la terminación de la carretera de circunvalación y el Puerto de San Sebastián.
También se acordó por la junta revolucionaria de Hermigua recabar fondos para adquirir dos autogiros con que establecer comunicación diaria con las islas grandes, y dar un voto de confianza al doctor don Antonio Barroso de León hijo de aquel pueblo, para que represente en Madrid a la Gomera, como enviado de la misma.
En telégrafos está de continuo estacionado un gentío. Se está organizando la guardia republicana nacional.
Diario El Progreso. Sábado 18 de abril de 1931.
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Desde San Sebastián de La Gomera
EL ADVENIMIENTO DE LA REPÚBLICA
Las primeras versiones
Desde las primeras horas del día catorce circulaban insistentemente rumores del cambio de régimen, viéndose en los alrededores del Centro de Telégrafos nutridos grupos que esperaban noticias del desarrollo de los acontecimientos.
El pueblo presentaba un aspecto movido e interesante, no tardando chispazos da manifestaciones que no tardaron a realizarlas.
La noticia. Júbilo, la manifestación
Al conocerse con seguridad la noticia de la proclamación de la República, trasmitida por telégrafo, con entusiasmo fué desbordante y en medio del júbilo indescriptible diéronse vivas a la República naciente, a España, a Alcalá Zamora y a otras personalidades, disparándose numerosos cohetes entre el contento general, que cristalizó en diversas manifestaciones que recorrieron la población.
Al siguiente día, confirmada oficialmente, se formó alrededor de las cuatro de la tarde una imponente manifestación compuesta por elementos de todas las clases sociales, las que con delirante entusiasmo aclamaba la República, recorriendo las principales calles acompañada de la Banda de música local y presidida por los elementos del Comité republicano.
Organizada en la plaza de la iglesia y marchando a su frente la bandera republicana partió por la antigua calle Central entre disparos de inmensa profusión de cohetes y repique de campanas.
Al pasar frente al domicilio del señor alcalde hizo alto la manifestación que en medio de frenéticos vivas requirió la presencia de aquella autoridad. Al aparecer ésta en el balcón se multiplicaron los vivas y aplausos. Impuesto el silencio, el señor Hernández dirijió la palabra a los manifestantes y en tonos concisos y sugestivos hizo resaltar la importancia que significaba para España el feliz advenimiento de la República y adaptándola a la vida local indicó de paso su abnegado militar en las filas republicanas, y después de un auténtico resumen de los dones civiles que la República venía a traernos, terminó con entusiastas vivas a España, a la república y a la Gomera, que el público contestó preso de la mayor emoción. Entre los aplausos de la multitud pasó la autoridad municipal a presidir la manifestación, engrosando un gran núcleo del sector obrero que al esperaba en los alrededores de la Federación, siguiendo alegremente su trayectoria.
Al llegar frente a la Comandancia de Marina donde ondeaba la bandera republicana, vitoreósele largo rato, aplaudiendo el Delegado del puerto que saludaba desde un balcón a los manifestantes.
Acto continuo la manifestación se dirijió al Casino de San Sebastián, cuya fachada ostentaba asimismo la bandera tricolor, haciendo uso de la palabra desde los balcones de aquel edificio el notable orador Evaristo Lino Armas, que en tonos brillantes y emocionados hizo resaltar primeramente la capital importancia que revestirá la naciente República para nuestra patria, haciendo hincapié en los sanos principios en que ésta se base.
Expresa el singular contento que de veras se produce al ver a su pueblo respondiendo como se merecía a la nota de regeneración que para España significaba la implantación da este régimen democrático.
Veo hoy a mi pueblo—dice—, quizá el más atropellado de todos, resucitar dignamente y al parangonarse en entusiasmo con las mas sensibles regiones españolas dá una nota acabada de conciencia y civismo, que tanto se buscaba en tiempos que lo ha necesitado.
En un arrebato de inspiración y sentimiento con una verbosidad florida e inimitable, concluye indicando la parte por la cual la implantación del nuevo régimen, la Gomera, como pedazo de España, alcanzaba, ya que constituía el triunfo de la soberanía del pueblo y de la moral, que será lumbrera en futuras actuaciones porque el pueblo sabrá imponerla, a trueque del rudo gobierno del cacique en las etapas de su poderío, que sintetizó a grandes rasgos, y que llevó -dice- a nuestra isla, a España entera a la degradación y la vergüenza.
Finaliza dando vivas significativos que son contestados con delirante entusiasmo por la multitud. [...]
Diario El Progreso. Sábado 25 de abril de 1931.









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