El brigada Francisco Mas García y la resistencia antifascista de Vallehermoso
Sobre la figura del Brigada, se nos dice: «Un hombre con una rectitud única; un hombre de unos sentimientos humanitarios que creo que en el cuerpo de la Guardia Civil...
por lo menos yo no los conocí, porque siempre conocíamos que la Guardia Civil era 'testaferros y perros de presa del cacique'. Y ese hombre era muy liberal».
«Al Brigada lo veo como una figura un poco mítica. Lo veo como un hombre muy honesto, muy cumplidor. En cuanto a su fidelidad al Gobierno republicano lo tenía muy claro. Es un hombre que estaba en su puesto y que no abdicaba por ningún motivo».
Y más sobre esta actitud: «Naturalmente que él ignoraba el tiempo que iba a durar la guerra civil, entonces recién empezada, y también quién iba a ganarla. Debe considerarse la incomunicación de La Gomera y concretamente de Vallehermoso hace 50 años. Muy pocos, quizá nadie sabía lo que estaba pasando, no ya en la Península, sino simplemente en Tenerife».
El testimonio de su hijo, Francisco Mas Visús, es terminante: «Mi padre cumplió con su obligación de defender la legalidad republicana, independientemente de sus ideas políticas que naturalmente las tenía, pero que no las practicaba, porque por su condición de militar no debía hacerlo. El era de izquierdas, liberal, sin duda alguna. Lo sabíamos sus familiares y muy pocos más, quizá nadie más, porque repito, en su vida profesional, se limitaba a cumplir con su deber como era su obligación, totalmente al margen de si el Gobierno era del Frente Popular o de la CEDA. Era el Gobierno Constitucional de la Nación, legalmente constituido. Y eso bastaba».
Como hemos visto hay una actitud decidida de defensa de la legalidad republicana, que se acrecienta cuando, «al día siguiente a la sublevación, 19 de julio, llegó de Santa Cruz una hermana de Pedro Suárez, y dijo que Santa Cruz estaba con la República, y la gente más se envalentonó».
TEMOR ENTRE LOS REBELDES: ÓRDENES Y CONTRAÓRDENES
A las 21 horas (9 de la noche) del día 19 de julio recibe el Brigada una llamada telefónica del Alférez Jefe de Línea de la Guardia Civil en Hermigua, José Soler Boluda, quien le comunica «que acababa de recibir un telegrama en el que se le ordenaba declarar en la Isla el Estado de Guerra»; y que había redactado un lacónico bando para «que lo fijara en los pueblos de Vallehermoso y Arure». Pero media hora más tarde, por la misma vía telefónica me volvió a llamar -escribe el Brigada-, «diciendo que ante la posibilidad de ser falso dicho telegrama, aunque él daría el traslado correspondiente, no hiciera caso del mismo hasta tanto se aclarara en la Península el movimiento militar».
Como vemos, existía temor entre los rebeldes: órdenes y contraórdenes lo confirman plenamente.
Seria el 19 ó 20 de julio cuando en San Sebastián recibieron noticias de los militares sublevados, según nos cuenta un vecino de la Villa: «Mientras nosotros estábamos allí, en Telégrafos, recibimos comunicación de los rebeldes. '¡Que si nos rendíamos! Y nosotros: Que no comprendíamos. Y ellos: 'Que si nos rendíamos Y nosotros decíamos: 'Que sí. pero por la fuerza. Luego alguien cortó el cable del Telégrafo».
Pero volvamos a Hermigua y a las indecisiones de los golpistas, primero a través del testimonio de Mas García: «Supe que el Alférez de Línea había fijado en el pueblo de Hermigua el bando y se había apoderado de las llaves del Ayuntamiento, y pocas horas después de hacer todo esto, mandó quitar los referidos bandos, devolviéndole también a su alcalde las llaves del Ayuntamiento».
Es difícil precisar cuándo sucedieron estos acontecimientos, pero tuvieron lugar hacia el 20 de julio, ya que son ratificados por lo que se nos dice en el periódico HOY: «A fin de evitar choques trágicos, retrasamos la toma del Ayuntamiento, la que tuvo lugar posteriormente, sin resistencia por parte de los marxistas». Y continúa con un párrafo muy significativo en cuanto al papel jugado por la Falange de Hermigua: «Se supo que el entonces Gobernador Civil había ordenado (?) al Alcalde la resistencia, como asimismo supimos que el Delegado Gubernativo, señor Macía, ocultaba los telegramas que se cursaban desde Tenerife para Hermigua». Esto último no es cierto, ya que el Alférez Jefe de Línea de la Guardia Civil recibió un telegrama el día 19 en el que se le ordenaba declarar el Estado de Guerra en la Isla. Pero veamos la continuación: «Pero los falangistas no dormíamos. Dichos manejos los pusimos en conocimiento de la Autoridad Militar en Tenerife».
SE ACUERDA HACERLE FRENTE AL EJÉRCITO
En la Federación Obrera se celebran muchas reuniones, en las que se plantea la situación y las medidas a adoptar. De estas reuniones se nos dice: «El que lleva la voz cantante es Manuel Quintana, que es el Presidente. Yo no lo tengo por tan moderado; en aquel momento cada quién se asignaba su papel y lo iba a cumplir, era consciente de eso».
Sobre el protagonismo de Ramón Cabrera Bernal, Alcalde accidental, se piensa que «su juventud pudo haber influido». Lo que nos confirma este testimonio: «Entonces empezaron las reuniones. Y en aquel tiempo, como en todas las épocas, la juventud decidía».
Es difícil precisar cuándo se celebró la reunión que se menciona a continuación, pero debió ser el 22 de julio: «Aquella noche hubo una reunión en la cual acordaron de hacerle frente al Ejército. El Brigada, D. Francisco Mas García, expuso: 'Que cómo era posible que nosotros nos encapricháramos de hacerle frente al Ejército, con qué, de qué forma; que él creía mejor, que él creía conveniente que se metieran en sus casas, que él es el que iba a enfrentar esa situación; que él estaba defendiendo un Gobierno legalmente constituido, y él le hacía frente pasara lo que pasara, y se atenía a las consecuencias. Esa juventud que había, en honor a él le dijeron: 'Estamos con usted'».
REUNIÓN EN SAN SEBASTIÁN
Previo a la llegada del Ejercito a la Villa, se realizó una reunión, que es recordada de la siguiente manera: «Unos días antes de llegar allí las tropas, hubo una reunión en San Sebastián, en el Cabildo. Estaba Antonio Macía, el Alférez de Línea -un Guardia Civil que había venido de Hermigua-, el Presidente del Cabildo, el cabo Mardones de la Guardia de Asalto... el Brigada de Vallehermoso no estaba, no, no... Fue una reunión para estudiar la situación, qué es lo que se iba a hacer. Bueno, qué es lo que vamos a hacer en La Gomera'. Y entonces se acordó, después de hacer un examen de las armas que se contaban. No había armas con qué. Parece que el Ejército, teniendo en cuenta la posibilidad de un golpe militar, había recogido toda la munición, no había dejado sino lo mínimo, por miedo a que estos señores se les enfrentaran. Así que creo que tenían uno o dos peinillos por guardia, ¿no? Eso, dos descargas y se acaba la munición. Y después, ¿qué? Pues si vienen las fuerzas, 'qué medio tenemos nosotros para oponernos, qué vamos a hacer, con qué nos vamos a defender, no tenemos más remedio que rendirnos por la fuerza'. Entonces, ante aquello, se acordó no hacer resistencia' y esperar acontecimientos, sobre todo guardar el orden, sobre todas las cosas. Se acordó eso. Eso fue lo único. 'No había dirigentes de Federaciones Obreras. No sé por que estábamos reunidos en el Cabildo; recuerdo que eso fue en el salón de actos, antes de la llegada de la tropa».
Ricardo García Luis - Juan Manuel Torres Vera. Vallehermoso "El Fogueo": Toma de conciencia popular, resistencia y represión (1930-1942)
por lo menos yo no los conocí, porque siempre conocíamos que la Guardia Civil era 'testaferros y perros de presa del cacique'. Y ese hombre era muy liberal».
«Al Brigada lo veo como una figura un poco mítica. Lo veo como un hombre muy honesto, muy cumplidor. En cuanto a su fidelidad al Gobierno republicano lo tenía muy claro. Es un hombre que estaba en su puesto y que no abdicaba por ningún motivo».
Y más sobre esta actitud: «Naturalmente que él ignoraba el tiempo que iba a durar la guerra civil, entonces recién empezada, y también quién iba a ganarla. Debe considerarse la incomunicación de La Gomera y concretamente de Vallehermoso hace 50 años. Muy pocos, quizá nadie sabía lo que estaba pasando, no ya en la Península, sino simplemente en Tenerife».
El testimonio de su hijo, Francisco Mas Visús, es terminante: «Mi padre cumplió con su obligación de defender la legalidad republicana, independientemente de sus ideas políticas que naturalmente las tenía, pero que no las practicaba, porque por su condición de militar no debía hacerlo. El era de izquierdas, liberal, sin duda alguna. Lo sabíamos sus familiares y muy pocos más, quizá nadie más, porque repito, en su vida profesional, se limitaba a cumplir con su deber como era su obligación, totalmente al margen de si el Gobierno era del Frente Popular o de la CEDA. Era el Gobierno Constitucional de la Nación, legalmente constituido. Y eso bastaba».
Como hemos visto hay una actitud decidida de defensa de la legalidad republicana, que se acrecienta cuando, «al día siguiente a la sublevación, 19 de julio, llegó de Santa Cruz una hermana de Pedro Suárez, y dijo que Santa Cruz estaba con la República, y la gente más se envalentonó».
TEMOR ENTRE LOS REBELDES: ÓRDENES Y CONTRAÓRDENES
A las 21 horas (9 de la noche) del día 19 de julio recibe el Brigada una llamada telefónica del Alférez Jefe de Línea de la Guardia Civil en Hermigua, José Soler Boluda, quien le comunica «que acababa de recibir un telegrama en el que se le ordenaba declarar en la Isla el Estado de Guerra»; y que había redactado un lacónico bando para «que lo fijara en los pueblos de Vallehermoso y Arure». Pero media hora más tarde, por la misma vía telefónica me volvió a llamar -escribe el Brigada-, «diciendo que ante la posibilidad de ser falso dicho telegrama, aunque él daría el traslado correspondiente, no hiciera caso del mismo hasta tanto se aclarara en la Península el movimiento militar».
Como vemos, existía temor entre los rebeldes: órdenes y contraórdenes lo confirman plenamente.
Seria el 19 ó 20 de julio cuando en San Sebastián recibieron noticias de los militares sublevados, según nos cuenta un vecino de la Villa: «Mientras nosotros estábamos allí, en Telégrafos, recibimos comunicación de los rebeldes. '¡Que si nos rendíamos! Y nosotros: Que no comprendíamos. Y ellos: 'Que si nos rendíamos Y nosotros decíamos: 'Que sí. pero por la fuerza. Luego alguien cortó el cable del Telégrafo».
Pero volvamos a Hermigua y a las indecisiones de los golpistas, primero a través del testimonio de Mas García: «Supe que el Alférez de Línea había fijado en el pueblo de Hermigua el bando y se había apoderado de las llaves del Ayuntamiento, y pocas horas después de hacer todo esto, mandó quitar los referidos bandos, devolviéndole también a su alcalde las llaves del Ayuntamiento».
Es difícil precisar cuándo sucedieron estos acontecimientos, pero tuvieron lugar hacia el 20 de julio, ya que son ratificados por lo que se nos dice en el periódico HOY: «A fin de evitar choques trágicos, retrasamos la toma del Ayuntamiento, la que tuvo lugar posteriormente, sin resistencia por parte de los marxistas». Y continúa con un párrafo muy significativo en cuanto al papel jugado por la Falange de Hermigua: «Se supo que el entonces Gobernador Civil había ordenado (?) al Alcalde la resistencia, como asimismo supimos que el Delegado Gubernativo, señor Macía, ocultaba los telegramas que se cursaban desde Tenerife para Hermigua». Esto último no es cierto, ya que el Alférez Jefe de Línea de la Guardia Civil recibió un telegrama el día 19 en el que se le ordenaba declarar el Estado de Guerra en la Isla. Pero veamos la continuación: «Pero los falangistas no dormíamos. Dichos manejos los pusimos en conocimiento de la Autoridad Militar en Tenerife».
SE ACUERDA HACERLE FRENTE AL EJÉRCITO
En la Federación Obrera se celebran muchas reuniones, en las que se plantea la situación y las medidas a adoptar. De estas reuniones se nos dice: «El que lleva la voz cantante es Manuel Quintana, que es el Presidente. Yo no lo tengo por tan moderado; en aquel momento cada quién se asignaba su papel y lo iba a cumplir, era consciente de eso».
Sobre el protagonismo de Ramón Cabrera Bernal, Alcalde accidental, se piensa que «su juventud pudo haber influido». Lo que nos confirma este testimonio: «Entonces empezaron las reuniones. Y en aquel tiempo, como en todas las épocas, la juventud decidía».
Es difícil precisar cuándo se celebró la reunión que se menciona a continuación, pero debió ser el 22 de julio: «Aquella noche hubo una reunión en la cual acordaron de hacerle frente al Ejército. El Brigada, D. Francisco Mas García, expuso: 'Que cómo era posible que nosotros nos encapricháramos de hacerle frente al Ejército, con qué, de qué forma; que él creía mejor, que él creía conveniente que se metieran en sus casas, que él es el que iba a enfrentar esa situación; que él estaba defendiendo un Gobierno legalmente constituido, y él le hacía frente pasara lo que pasara, y se atenía a las consecuencias. Esa juventud que había, en honor a él le dijeron: 'Estamos con usted'».
REUNIÓN EN SAN SEBASTIÁN
Previo a la llegada del Ejercito a la Villa, se realizó una reunión, que es recordada de la siguiente manera: «Unos días antes de llegar allí las tropas, hubo una reunión en San Sebastián, en el Cabildo. Estaba Antonio Macía, el Alférez de Línea -un Guardia Civil que había venido de Hermigua-, el Presidente del Cabildo, el cabo Mardones de la Guardia de Asalto... el Brigada de Vallehermoso no estaba, no, no... Fue una reunión para estudiar la situación, qué es lo que se iba a hacer. Bueno, qué es lo que vamos a hacer en La Gomera'. Y entonces se acordó, después de hacer un examen de las armas que se contaban. No había armas con qué. Parece que el Ejército, teniendo en cuenta la posibilidad de un golpe militar, había recogido toda la munición, no había dejado sino lo mínimo, por miedo a que estos señores se les enfrentaran. Así que creo que tenían uno o dos peinillos por guardia, ¿no? Eso, dos descargas y se acaba la munición. Y después, ¿qué? Pues si vienen las fuerzas, 'qué medio tenemos nosotros para oponernos, qué vamos a hacer, con qué nos vamos a defender, no tenemos más remedio que rendirnos por la fuerza'. Entonces, ante aquello, se acordó no hacer resistencia' y esperar acontecimientos, sobre todo guardar el orden, sobre todas las cosas. Se acordó eso. Eso fue lo único. 'No había dirigentes de Federaciones Obreras. No sé por que estábamos reunidos en el Cabildo; recuerdo que eso fue en el salón de actos, antes de la llegada de la tropa».
Ricardo García Luis - Juan Manuel Torres Vera. Vallehermoso "El Fogueo": Toma de conciencia popular, resistencia y represión (1930-1942)







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