Un paseo por San Sebastián (1936)
La entrada a la bahía nos da la sensación de que se trata de un enorme hormiguero donde sus moradores despliegan ampliamente todas sus actividades. Uno de los pasajeros que viene a bordo, hombre conocedor ya de esta isla me dice, señalando hacia la base de la montaña llamada "La Hila":
— ¿Ve usted esas obras? Pues ese es el comienzo de la construcción de un puerto en la rada de esta bahía, cuyo coste se aproxima a unos seis millones de pesetas, y que le harán, probablemente, por su situación e importancia, el que llegue a ser uno de los principales de Canarias.
![[Img #60597]](upload/img/periodico/img_60597.jpg)
Hasta el vapor llegan los ruidos estridentes de las automáticas perforadoras que sin cesar van descarnando el monte; cediendo con ello más campo de acción al mar, que parece se impacienta por no invadirlo todo.
Hemos verificado el desembarque con toda facilidad, aunque actualmente es un poquillo dificultoso hacer tales operaciones cuando el mar no está tranquilo, puesto que del barco hay que descender a un bote el cual nos traslada a una pequeña escalinata que está al comienzo de un dique de atraque.
Un paseo por la villa
San Sebastián, como ya hemos dicho, es la capital de la isla y el primer pueblo donde Juan de Bethencourt situó junto a la Cruz el Pabellón de Castilla, tomando posesión de él en el verano de 1404.
Consta su población de 6.700 habitantes. Es muy pintoresco y alegre, contando con plazas corno la Libertad y calles como la de 14 de Abril, amplias y bien urbanizadas que en nada tienen que envidiar a las mejores de las demás capitales da esta provincia.
Francamente, Sebastián no es muy grande, pero sin embargo está muy bien unido y delineado, todo lo cual ofrece una hermosa perspectiva.
Cuenta también con una larga playa donde frecuentemente se bañan muchas gentes por la tranquilidad casi perenne de sus aguas, a la vez que, lo magnífico de su suelo, formado de arena volcánica y negruzca, permite un suave andar sin ser molesto por chinas ni pedrizcos.
![[Img #60598]](upload/img/periodico/img_60598.jpg)
Una de las particularidades más dignas de ser destacadas que hemos observado en San Sebastián, es la de que la mayoría de las obras públicas realizadas en esta villa, han sido por iniciativa del pueblo mismo, pues los domingos por la mañana se reunían un crecido número de hombres que voluntaria y gratuitamente se dedicaban a las citadas obras de pavimentación, mientras que los materiales se adquirían también por medio de donaciones que hacían las casas de materiales de construcción situadas en San Sebastián.
En esta localidad radican los Centros superiores de la isla tales como la Delegación del Gobierno, Juzgado de Instrucción, Cabildo Insular, Administración de Puertos Francos, Registro de la Propiedad, Notarial, Centro de Telégrafos, de Correos, Recaudación de Contribuciones, Subdelegación de Marina, Depositaría de Hacienda, Comandancia Militar, Arcipresto, Subdelegación de Medicina y de Farmacia, Agencias de Bancos, etc., contando, como es natural, con su Ayuntamiento, constituido por catorce concejales, Juzgado municipal y Parroquia.
Tiene en materia sanitaria un Hospital insular y un Consultorio médico oftalmológico, que patrocina y subvenciona el Cabildo y se encuentra asistido por Hermanas de la Caridad. Posee personal facultativo competentísimo y está dotado de todo material quirúrgico moderno y montado con todos los adelantos de la ciencia.
Cuenta con once escuelas de instrucción primaria y está en vías de creación un Instituto de Segunda Enseñanza.
Tampoco, claro es, ha de faltar la tropa de "boy-scouts" (Exploradores de España) la cual es numerosa y en unión de la ambulancia de la Cruz Roja Española, viene activamente prestando buenos y excelentes servicios.
Su iglesia parroquial, cuyo edificio se encuentra situado al centro de la población, luce como portada un antiquísimo "gótico", que le hace destacar como una de las más viejas de su tipo en Canarias, formándola tres espaciosas naves, capilla mayor, artísticos altares y coro, destacándose entre aquéllos los llamados "Mayor", que según dicen fué traído de Flandes, y el de Nuestra Señora del Pilar, este último construido a expensas del que fué Comandante Militar de la isla, don Diego Bueno Echevarría, con motivo de fiel promesa que hizo y cumplió a dicha devoción en un ataque a este pueblo de la escuadra y desembarque realizada por Widon, Almirante holandés [inglés]. En el lado del Evangelio y dentro del altar mayor, se hallan enterrados los restos del histórico general Rejón, herido mortal-mente como ya dijimos, en una enconaba batalla sostenida en el barranco de Hermigua.
La "Torre del Conde"
![[Img #60599]](upload/img/periodico/img_60599.jpg)
Se distingue en esta villa el antiguo torreón llamado "Torre del Conde". Este histórico monumento que data de muchos siglos, actualmente se encuentra intacto, pues en su parte exterior no se halla ningún deterioro.
Consta esta torre de dos pisos, un sótano y azotea estando todos comunicados por una escalera que conduce desde la parte inferior edificio a la superior. Dentro de este torreón se hallan aún los zarcillos del Conde, los cuales son de hierro labrado en caprichosos dibujos.
Según cuentan los hombres viejos de esta villa que al fin y al cabo son los mejores historiadores del pueblo, aunque en sus relatos haya cierta mezcla de leyendas y supersticiones, parece que el Conde Hernán Peraza, hijo de doña Inés de igual apellido, a quien por ser su predilecto, su madre, al fallecimiento de Diego Herrera, le encomendó el gobierno de esta isla, dándose éste a una vida triviliaria y beleidosa, se enamoró un día de una gomera, no obstante hallarse casado con doña Beatriz de Bobadilla, y con la cual quiso sostener relaciones ilícitas, habiéndole dado cierta noche una cita para que fuera, a una cueva de su pertenencia, pero la referida gomera le contó lo que sucedía a su padre, el cual irritado por la osadía del Conde se encaminó a la cueva en unión de un hijo suyo a esperar al noble, y estando allí, su hijo, que le acompañaba, interrogó al padre, diciéndole:
—Padre ¿y si se enteran?
A lo que el padre respondió:
—Únicamente lo sabrán por ti.
Al mismo tiempo que con un cuchillo que llevaba le asestó una puñalada en la espalda que lo dejó muerto instantáneamente.
Al poco rato de ocurrir esta tragedia en la cueva, se presentó el Conde, pensando encontrar en ella a la joven, pero no fué así, sino que por el contrario halló al padre de la chica, que sin darle tiempo a huir ni defenderse le dió varias puñaladas, matándolo.
De ahí que se denomine a la citada cueva con el nombre de "La Cueva del Conde".
La Casa de Colón
Otro edificio no menos histórico e interesante es la llamada "Casa de Colón".
La historia de esta casa es un poco más confusa que la de la "Torre del Conde", y se presta a mayor fantasía imaginativa por parte de los cronistas.
Sin querer con esto dar matiz de fidelidad al relato, so cuenta que en esta casa de construcción muy antigua, que se halla situado en la calle 14 de Abril, estuvo Cristóbal Colón residiendo una breve temporada en unión de un pescador de la Península.
También se dice que cuando el intrépido navegante emprendió su viaje a América al pasar por frente a la costa de la isla de la Gomera se le averió una de sus carabelas, creyéndose que fué lar "Pinta", por lo que arribó a esta isla, mientras envió la nave averiada a Las Palmas en donde fué reparada.
Durante su estancia en esta isla cuentan que se alojó en la misma casa en la que con anterioridad había estado habitando, habiéndose además aprovisionado de víveres en esta villa antes de emprender su gran viaje, que dió por resultado el descubrimiento de un mundo nuevo.
Por eso es que se están haciendo las gestiones necesarias a fin de que en San Sebastián de la Gomera se erija un monumento a Colón por haber sido el último puerto que visitó antes de marchar para América.
Epílogo
San Sebastián de la Gomera. Lugar encantador. Paisaje de melancolía. Rincones históricos y legendarios. Retóricos de una hermosura perenne.
Motivos de belleza, poesía, y ensueños y más que nada amor, que es la esencia de los otros elementos.
Dulces recuerdos revividos, que son ahora deliciosas realidades, y eso es porque no hemos mirado a esta villa con ojos de turistas en tránsito sino como eternos enamorados...
Arturo Navarro Grau
Diario Hoy. Domingo 2 de febrero de 1936.
— ¿Ve usted esas obras? Pues ese es el comienzo de la construcción de un puerto en la rada de esta bahía, cuyo coste se aproxima a unos seis millones de pesetas, y que le harán, probablemente, por su situación e importancia, el que llegue a ser uno de los principales de Canarias.
![[Img #60597]](upload/img/periodico/img_60597.jpg)
Hasta el vapor llegan los ruidos estridentes de las automáticas perforadoras que sin cesar van descarnando el monte; cediendo con ello más campo de acción al mar, que parece se impacienta por no invadirlo todo.
Hemos verificado el desembarque con toda facilidad, aunque actualmente es un poquillo dificultoso hacer tales operaciones cuando el mar no está tranquilo, puesto que del barco hay que descender a un bote el cual nos traslada a una pequeña escalinata que está al comienzo de un dique de atraque.
Un paseo por la villa
San Sebastián, como ya hemos dicho, es la capital de la isla y el primer pueblo donde Juan de Bethencourt situó junto a la Cruz el Pabellón de Castilla, tomando posesión de él en el verano de 1404.
Consta su población de 6.700 habitantes. Es muy pintoresco y alegre, contando con plazas corno la Libertad y calles como la de 14 de Abril, amplias y bien urbanizadas que en nada tienen que envidiar a las mejores de las demás capitales da esta provincia.
Francamente, Sebastián no es muy grande, pero sin embargo está muy bien unido y delineado, todo lo cual ofrece una hermosa perspectiva.
Cuenta también con una larga playa donde frecuentemente se bañan muchas gentes por la tranquilidad casi perenne de sus aguas, a la vez que, lo magnífico de su suelo, formado de arena volcánica y negruzca, permite un suave andar sin ser molesto por chinas ni pedrizcos.
![[Img #60598]](upload/img/periodico/img_60598.jpg)
Una de las particularidades más dignas de ser destacadas que hemos observado en San Sebastián, es la de que la mayoría de las obras públicas realizadas en esta villa, han sido por iniciativa del pueblo mismo, pues los domingos por la mañana se reunían un crecido número de hombres que voluntaria y gratuitamente se dedicaban a las citadas obras de pavimentación, mientras que los materiales se adquirían también por medio de donaciones que hacían las casas de materiales de construcción situadas en San Sebastián.
En esta localidad radican los Centros superiores de la isla tales como la Delegación del Gobierno, Juzgado de Instrucción, Cabildo Insular, Administración de Puertos Francos, Registro de la Propiedad, Notarial, Centro de Telégrafos, de Correos, Recaudación de Contribuciones, Subdelegación de Marina, Depositaría de Hacienda, Comandancia Militar, Arcipresto, Subdelegación de Medicina y de Farmacia, Agencias de Bancos, etc., contando, como es natural, con su Ayuntamiento, constituido por catorce concejales, Juzgado municipal y Parroquia.
Tiene en materia sanitaria un Hospital insular y un Consultorio médico oftalmológico, que patrocina y subvenciona el Cabildo y se encuentra asistido por Hermanas de la Caridad. Posee personal facultativo competentísimo y está dotado de todo material quirúrgico moderno y montado con todos los adelantos de la ciencia.
Cuenta con once escuelas de instrucción primaria y está en vías de creación un Instituto de Segunda Enseñanza.
Tampoco, claro es, ha de faltar la tropa de "boy-scouts" (Exploradores de España) la cual es numerosa y en unión de la ambulancia de la Cruz Roja Española, viene activamente prestando buenos y excelentes servicios.
Su iglesia parroquial, cuyo edificio se encuentra situado al centro de la población, luce como portada un antiquísimo "gótico", que le hace destacar como una de las más viejas de su tipo en Canarias, formándola tres espaciosas naves, capilla mayor, artísticos altares y coro, destacándose entre aquéllos los llamados "Mayor", que según dicen fué traído de Flandes, y el de Nuestra Señora del Pilar, este último construido a expensas del que fué Comandante Militar de la isla, don Diego Bueno Echevarría, con motivo de fiel promesa que hizo y cumplió a dicha devoción en un ataque a este pueblo de la escuadra y desembarque realizada por Widon, Almirante holandés [inglés]. En el lado del Evangelio y dentro del altar mayor, se hallan enterrados los restos del histórico general Rejón, herido mortal-mente como ya dijimos, en una enconaba batalla sostenida en el barranco de Hermigua.
La "Torre del Conde"
![[Img #60599]](upload/img/periodico/img_60599.jpg)
Se distingue en esta villa el antiguo torreón llamado "Torre del Conde". Este histórico monumento que data de muchos siglos, actualmente se encuentra intacto, pues en su parte exterior no se halla ningún deterioro.
Consta esta torre de dos pisos, un sótano y azotea estando todos comunicados por una escalera que conduce desde la parte inferior edificio a la superior. Dentro de este torreón se hallan aún los zarcillos del Conde, los cuales son de hierro labrado en caprichosos dibujos.
Según cuentan los hombres viejos de esta villa que al fin y al cabo son los mejores historiadores del pueblo, aunque en sus relatos haya cierta mezcla de leyendas y supersticiones, parece que el Conde Hernán Peraza, hijo de doña Inés de igual apellido, a quien por ser su predilecto, su madre, al fallecimiento de Diego Herrera, le encomendó el gobierno de esta isla, dándose éste a una vida triviliaria y beleidosa, se enamoró un día de una gomera, no obstante hallarse casado con doña Beatriz de Bobadilla, y con la cual quiso sostener relaciones ilícitas, habiéndole dado cierta noche una cita para que fuera, a una cueva de su pertenencia, pero la referida gomera le contó lo que sucedía a su padre, el cual irritado por la osadía del Conde se encaminó a la cueva en unión de un hijo suyo a esperar al noble, y estando allí, su hijo, que le acompañaba, interrogó al padre, diciéndole:
—Padre ¿y si se enteran?
A lo que el padre respondió:
—Únicamente lo sabrán por ti.
Al mismo tiempo que con un cuchillo que llevaba le asestó una puñalada en la espalda que lo dejó muerto instantáneamente.
Al poco rato de ocurrir esta tragedia en la cueva, se presentó el Conde, pensando encontrar en ella a la joven, pero no fué así, sino que por el contrario halló al padre de la chica, que sin darle tiempo a huir ni defenderse le dió varias puñaladas, matándolo.
De ahí que se denomine a la citada cueva con el nombre de "La Cueva del Conde".
La Casa de Colón
Otro edificio no menos histórico e interesante es la llamada "Casa de Colón".
La historia de esta casa es un poco más confusa que la de la "Torre del Conde", y se presta a mayor fantasía imaginativa por parte de los cronistas.
Sin querer con esto dar matiz de fidelidad al relato, so cuenta que en esta casa de construcción muy antigua, que se halla situado en la calle 14 de Abril, estuvo Cristóbal Colón residiendo una breve temporada en unión de un pescador de la Península.
También se dice que cuando el intrépido navegante emprendió su viaje a América al pasar por frente a la costa de la isla de la Gomera se le averió una de sus carabelas, creyéndose que fué lar "Pinta", por lo que arribó a esta isla, mientras envió la nave averiada a Las Palmas en donde fué reparada.
Durante su estancia en esta isla cuentan que se alojó en la misma casa en la que con anterioridad había estado habitando, habiéndose además aprovisionado de víveres en esta villa antes de emprender su gran viaje, que dió por resultado el descubrimiento de un mundo nuevo.
Por eso es que se están haciendo las gestiones necesarias a fin de que en San Sebastián de la Gomera se erija un monumento a Colón por haber sido el último puerto que visitó antes de marchar para América.
Epílogo
San Sebastián de la Gomera. Lugar encantador. Paisaje de melancolía. Rincones históricos y legendarios. Retóricos de una hermosura perenne.
Motivos de belleza, poesía, y ensueños y más que nada amor, que es la esencia de los otros elementos.
Dulces recuerdos revividos, que son ahora deliciosas realidades, y eso es porque no hemos mirado a esta villa con ojos de turistas en tránsito sino como eternos enamorados...
Arturo Navarro Grau
Diario Hoy. Domingo 2 de febrero de 1936.








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