Condenado a 21 meses de cárcel por incendiar un hotel en Santa Cruz de Tenerife
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 21 meses de cárcel a un hombre por considerarlo autor de un delito agravado de daños causados por un incendio que provocó en el mes de julio de 2024 en un hotel del centro de Santa Cruz de Tenerife.
Además, deberá pagar las correspondientes indemnizaciones que la Fiscalía fijaba en 5.600 euros en cuanto a daños materiales y 2.000 por los morales, aunque la cifra final se fijará en la ejecución de la sentencia que ha sido recurrida ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
El establecimiento presentó en el juzgado facturas de los destrozos causados que se corresponden a la limpieza, menaje nuevo, material ignífugo, arreglos y pintado de paredes y techos, arreglo de mobiliario y reparación de puerta y compra de otra nueva antifuegos.
Las tasaciones fijaron el valor de los daños en unos 735 euros, sin contar las reparaciones, y además, dejó el cuarto sucio, con comida, cervezas y basura y arrancó el teléfono, lo que implicó llevar a cabo una limpieza completa, desatascar el lavabo y sanitario, por unos 452 euros.
De esta cifra, la compañía de seguros abonó 4.500 euros, que ahora reclama que desembolse el procesado y el hotel pide otros 200 más de una reserva que nunca llegó a pagar.
El hombre se alojaba de forma provisional en el establecimiento y llevaba tiempo causando problemas y alteraciones de diverso tipo, hasta que para “dar lugar a un perjuicio patrimonial mayor” y sabiendo las consecuencias de lo que hacía prendió fuego a su habitación.
Todo ello sabiendo que las llamas podían afectar al menos, su integridad física y la de los demás residentes, pese a lo cual deliberadamente causó primero desperfectos en las instalaciones de la habitación y luego prendió fuego con un mechero al mobiliario, cartones, papeles y prendas textiles que allí se encontraban.
El delito de incendio, por el que se pedían 11 años de cárcel, quedó descartado en cuanto que las llamas no se llegaron a propagar y fueron extinguidas de forma automática por la naturaleza ignífuga de los materiales con que estaban confeccionados y la activación de los sistemas de protección antiincendios.
Además, ninguno de los nueve residentes en aquel momento en el hotel sufrieron daños.
Esa noche el procesado había ingerido bebidas alcohólicas sin que conste que ello hubiese disminuido sensiblemente sus facultades intelectivas o volitivas y nada más ocurrido el percance abandonó el hotel llevándose la totalidad de sus pertenencias.
Poco después fue detenido por efectivos de la Policía en la plaza situada frente al Mercado Municipal, cerca del hotel, y le fue intervenido un mechero, cuya base se encontraba quemada.
El hombre había sido ya condenado en otras ocasiones por un delito de atentado, uno leve de lesiones, quebrantamiento de condena y un hurto, encontrándose en el momento del juicio en situación de prisión provisional, comunicada y sin fianza.
Durante el juicio el ciudadano, de nacionalidad rusa, aseguró que la acusación tenía su origen en el odio que ha despertado hacia su país la guerra con Ucrania, dijo que no creía en la Justicia española, no estaba de acuerdo con el abogado que le habían designado y anunció que recurriría ante la Justicia europea.
Además, deberá pagar las correspondientes indemnizaciones que la Fiscalía fijaba en 5.600 euros en cuanto a daños materiales y 2.000 por los morales, aunque la cifra final se fijará en la ejecución de la sentencia que ha sido recurrida ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
El establecimiento presentó en el juzgado facturas de los destrozos causados que se corresponden a la limpieza, menaje nuevo, material ignífugo, arreglos y pintado de paredes y techos, arreglo de mobiliario y reparación de puerta y compra de otra nueva antifuegos.
Las tasaciones fijaron el valor de los daños en unos 735 euros, sin contar las reparaciones, y además, dejó el cuarto sucio, con comida, cervezas y basura y arrancó el teléfono, lo que implicó llevar a cabo una limpieza completa, desatascar el lavabo y sanitario, por unos 452 euros.
De esta cifra, la compañía de seguros abonó 4.500 euros, que ahora reclama que desembolse el procesado y el hotel pide otros 200 más de una reserva que nunca llegó a pagar.
El hombre se alojaba de forma provisional en el establecimiento y llevaba tiempo causando problemas y alteraciones de diverso tipo, hasta que para “dar lugar a un perjuicio patrimonial mayor” y sabiendo las consecuencias de lo que hacía prendió fuego a su habitación.
Todo ello sabiendo que las llamas podían afectar al menos, su integridad física y la de los demás residentes, pese a lo cual deliberadamente causó primero desperfectos en las instalaciones de la habitación y luego prendió fuego con un mechero al mobiliario, cartones, papeles y prendas textiles que allí se encontraban.
El delito de incendio, por el que se pedían 11 años de cárcel, quedó descartado en cuanto que las llamas no se llegaron a propagar y fueron extinguidas de forma automática por la naturaleza ignífuga de los materiales con que estaban confeccionados y la activación de los sistemas de protección antiincendios.
Además, ninguno de los nueve residentes en aquel momento en el hotel sufrieron daños.
Esa noche el procesado había ingerido bebidas alcohólicas sin que conste que ello hubiese disminuido sensiblemente sus facultades intelectivas o volitivas y nada más ocurrido el percance abandonó el hotel llevándose la totalidad de sus pertenencias.
Poco después fue detenido por efectivos de la Policía en la plaza situada frente al Mercado Municipal, cerca del hotel, y le fue intervenido un mechero, cuya base se encontraba quemada.
El hombre había sido ya condenado en otras ocasiones por un delito de atentado, uno leve de lesiones, quebrantamiento de condena y un hurto, encontrándose en el momento del juicio en situación de prisión provisional, comunicada y sin fianza.
Durante el juicio el ciudadano, de nacionalidad rusa, aseguró que la acusación tenía su origen en el odio que ha despertado hacia su país la guerra con Ucrania, dijo que no creía en la Justicia española, no estaba de acuerdo con el abogado que le habían designado y anunció que recurriría ante la Justicia europea.
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