Nueve años de cárcel para dos hermanos por intentar asesinar a un vecino en Santa Úrsula
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a 9 años de cárcel a cada uno de los dos hermanos acusados de intentar asesinar a un vecino al que agredieron con un hacha y un cuchillo en su vivienda de Santa Úrsula el 7 de octubre de 2023.
También se les obliga a indemnizar por los daños causados en la puerta metálica de la entrada y desperfectos en una moto en unos 1.200 euros, mientras que el Servicio Canario de Salud reclama 16.500 euros, lo que se fijará en ejecución de sentencia.
La víctima recibirá 2.700 euros por las lesiones y secuelas físicas sufridas.
La defensa solicitaba la libre absolución o que en caso de condena se tuvieran en cuenta los atenuantes de alteración psíquica, embriaguez, intoxicación por estupefacientes, enfrentamientos previos y provocación por parte de la víctima, que mantenía desavenencias desde hacía años con los condenados.
La imposición de la condena se basó en pruebas como las del ADN extraído del mango del cuchillo, que no arrojaron dudas sobre que había sido utilizado por uno de los acusados, mientras que en el hacha no apareció rastro genético alguno.
A uno de los hermanos se le considera también autor de un delito de daños y se le impone una multa.
La víctima sufría desde antes del ataque intensos dolores a causa de una grave artrosis que le obligaba a tomar fuertes analgésicos, lo que según los peritos habría influido en su situación actual, pese a que la agresión sólo causó “heridas superficiales”.
Aquel día el hombre estaba solo en su casa cuando los hermanos golpearon la puerta con fuerza y una vez en el interior del patio le habrían atacado usando también su propio bastón, por lo que permaneció ingresado durante varios días en los que según la policía no pudo declarar.
La víctima recuerda que, arrastrándose, consiguió llegar a la puerta principal de su vivienda, que los acusados intentaron también derribar, aunque ya había llamado a la policía.
Hasta en tres ocasiones perdió el conocimiento, mientras los acusados le seguían lanzando insultos y amenazas.
Los vecinos que oyeron el alboroto y acudieron a auxiliar al agredido relatan que consiguieron arrebatarle el hacha a uno de los hermanos; que ambos estaban “fuera de sí” y rompían lo que encontraban a su paso, como muebles y la moto, y que les escucharon decir: “ahora no nos volverás a mirar mal”.
Las desavenencias, según el denunciante, surgieron después de haber llamado la atención a los procesados por tirar piedras a la autopista pero los vecinos aseguraron que la víctima se quejaba desde hacía tiempo del ruido que causaban los hermanos con la música, dado que convivían puerta con puerta.
También se les obliga a indemnizar por los daños causados en la puerta metálica de la entrada y desperfectos en una moto en unos 1.200 euros, mientras que el Servicio Canario de Salud reclama 16.500 euros, lo que se fijará en ejecución de sentencia.
La víctima recibirá 2.700 euros por las lesiones y secuelas físicas sufridas.
La defensa solicitaba la libre absolución o que en caso de condena se tuvieran en cuenta los atenuantes de alteración psíquica, embriaguez, intoxicación por estupefacientes, enfrentamientos previos y provocación por parte de la víctima, que mantenía desavenencias desde hacía años con los condenados.
La imposición de la condena se basó en pruebas como las del ADN extraído del mango del cuchillo, que no arrojaron dudas sobre que había sido utilizado por uno de los acusados, mientras que en el hacha no apareció rastro genético alguno.
A uno de los hermanos se le considera también autor de un delito de daños y se le impone una multa.
La víctima sufría desde antes del ataque intensos dolores a causa de una grave artrosis que le obligaba a tomar fuertes analgésicos, lo que según los peritos habría influido en su situación actual, pese a que la agresión sólo causó “heridas superficiales”.
Aquel día el hombre estaba solo en su casa cuando los hermanos golpearon la puerta con fuerza y una vez en el interior del patio le habrían atacado usando también su propio bastón, por lo que permaneció ingresado durante varios días en los que según la policía no pudo declarar.
La víctima recuerda que, arrastrándose, consiguió llegar a la puerta principal de su vivienda, que los acusados intentaron también derribar, aunque ya había llamado a la policía.
Hasta en tres ocasiones perdió el conocimiento, mientras los acusados le seguían lanzando insultos y amenazas.
Los vecinos que oyeron el alboroto y acudieron a auxiliar al agredido relatan que consiguieron arrebatarle el hacha a uno de los hermanos; que ambos estaban “fuera de sí” y rompían lo que encontraban a su paso, como muebles y la moto, y que les escucharon decir: “ahora no nos volverás a mirar mal”.
Las desavenencias, según el denunciante, surgieron después de haber llamado la atención a los procesados por tirar piedras a la autopista pero los vecinos aseguraron que la víctima se quejaba desde hacía tiempo del ruido que causaban los hermanos con la música, dado que convivían puerta con puerta.
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