Condenado a 16 años de prisión por la agresión sexual a dos menores, una de ellas nieta

El procesado de 74 años en aquellos momentos, se le atribuye haber agredido a una menor de 7 años que era hija de la pareja de su hijo, a cuyo cuidado se quedaba y a la que en al menos tres ocasiones a lo largo de 2017 llevó a cabo tocamientos e incurrió en acceso carnal.

La otra niña era nieta suya y los episodios tuvieron lugar cuando tenía 11 años en tres ocasiones en el mismo domicilio cuando la agarraba por detrás y llevaba a cabo también diversos tocamientos, según detalla la sentencia condenatoria.

El texto indica que pese a que en el primer caso no era abuelo directo de la niña, se considera probado que la relación que mantenían era similar a tener este papel , de lo que se aprovechó para llevar a cabo estos abusos que acabaron cuando trascendió lo que ocurría.

En el segundo las agresiones se llevaron a cabo en ese mismo año en al menos tres ocasiones aprovechando que estaban a solas y en ese caso fueron tocamientos y no hubo acceso carnal por lo que la pena es menor.

El testimonio de la primera menor es calificado por la Sala de “aplastante” al relatar que su madre la dejaba en casa del acusado todos los días porque trabajaba en turnos de mañana y tarde según las semana, de manera que el procesado era el encargado de llevarla al colegio.

Dijo que nunca se sintió cómoda tanto con él como con su esposa a los que jamás llamó abuelos y que los tocamientos empezaban incluso en la calle de camino a la casa y continuaban en el interior de la vivienda.

La niña relató que en una ocasión la esposa del encausado fue testigo de lo que ocurría y le preguntó al marido si era consciente de que podía acabar en la cárcel, a lo que él respondió que ya sabía lo que ya tenía que hacer, callarse, ante lo que la niña sintió decepción porque pensó que la podía haber ayudado.

Las amenazas para que no hablara se centraban en que no la llevaría al colegio, no habría reyes y una vez le ofreció dinero pero no llegó a coger pese a saber que hacía falta en su familia.

Con su mentalidad de niña inventó un método para escapar que se basaba en hacer una llamada a través de un móvil inservible para pedir ayuda.

Entre otras consecuencias, la sentencia relata que la menor sufrió alopecia, pesadillas, tenía siempre hambre hasta que al final decidió contárselo a una prima suya con quien intercambió diversos mensajes en los que calificaba al acusado de “guarro” y finalmente a sus padres.

La Audiencia descarta los argumentos de la defensa de que la niña era "mentirosilla" ya que considera creíble su relato avalado por los informes psicológicos.

Lo mismo ocurre con el testimonio de la otra nieta, quien también intentó buscar la ayuda de la abuela cuando pasaron las tres agresiones y finalmente se lo contó de forma directa y clara a sus padres, tras no haber sido comprendida en las ocasiones anteriores.

La sentencia señala que el acusado por su parte ofreció un testimonio calificado de “no creíble, vacío de contenido”, contestando “con evasivas, diciendo que no recordaba y sin negar las acusaciones taxativamente” y aportó un documento en el que figuraba que estaba bajo tratamiento por ser alcohólico desde que tenía 19 años.

Aceptó que llevaba a cabo tocamientos a las niñas pero dijo que lo hacía por cariño y que nunca tuvo ninguna mala intención.

Aunque los hechos tuvieron lugar antes de la entrada en vigor en 2022 de la nueva ley que regula este tipo de delitos, la Audiencia considera que es de aplicación esta última al serle más favorable al reo de manera que pasó de estar inicialmente acusado de abusos, a ser condenado por agresión.