Las pacientes, sus familiares y emociones protagonizan la campaña contra el cáncer de mama
Las pacientes de cáncer de mama, sus familiares y las emociones que surgen a lo largo de todo el proceso protagonizan por primera vez la campaña contra esta enfermedad de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) para visibilizar los efectos secundarios y las limitaciones personales, afectivas y profesionales que ocasiona.
"Muchas veces el personal médico está orientado a la curación biológica de la enfermedad, pero no siempre tenemos en cuenta las necesidades que van más allá", ha declarado durante la presentación de la campaña en Las Palmas de Gran Canaria el presidente de AECC en la provincia, el oncólogo Pedro Lara, al señalar que estos efectos y limitaciones se minimizan una vez curada la enfermedad y que con esta campaña, 'Nos lo tomamos a pecho', se hace visible lo que demandan los pacientes y sus familiares.
Lara ha indicado que, de media, el cáncer de mama en estadios precoces, que son la mayoría, se cura en el 95 % de los casos, "por tanto, la curación biológica del cáncer de mama precoz no es un gran problema, el problema es la curación emocional, el impacto que supone".
En la presentación han participado seis mujeres que han contado ese primer momento en que te anuncian la enfermedad en el que "no asimilas bien lo que te dicen los médicos", las recaídas, las metástasis, los efectos secundarios de la quimioterapia (como la bruma mental) y "que no se pueden expresar", y las secuelas, como ha expresado Carolina Santana, a quien le diagnosticaron el cáncer con 24 años.
Jessica Negrín ha expuesto las limitaciones laborales y el cómo las enfermas se plantean incorporarse al trabajo al pensar que tienes que pagar el alquiler, la luz, el agua, y hay que "poner en una balanza tu salud y tu economía".
Además, "burocráticamente es un caos" y "no te puedes centrar en tu sanación", ha dicho al compararlo con "una carrera de fondo" en la que decides volver a trabajar cuando sabes que "no estás preparada ni física ni psicológicamente porque económicamente no queda más remedio".
Aroa Rico ha recordado como le diagnosticaron la enfermedad a los 33 años y fue la primera vez en su vida que la dejaron sin palabras, así como la "montaña rusa" de emociones y la infinidad de efectos secundarios, algunos pasajeros pero otros crónicos, "que a veces con esta enfermedad no se ven".
Madre de una niña, también ha manifestado lo que supuso el pensar que no volvería a poder ser madre por la complicación de su caso y el miedo a morirse.
De las secuelas físicas ha tratado Scherezade García, al indicar que se mira al espejo pero no se reconoce, pero también de la dificultad para jugar en el suelo con su hijo por el dolor de cintura y articulaciones, y "ver que se acaba el tratamiento y la operación, pero no estoy bien". Para ella, ha dicho, "lo de menos es que se te caiga el pelo y ponerte un pañuelo".
María del Carmen López, que vive en Lanzarote, ha explicado cómo su red de apoyo fueron sus amigas y cómo no quiso hacer partícipes a sus familiares para que no sufrieran.
A López le diagnosticaron el cáncer de mamá en 2018 por primera vez y hace un año recayó con una metástasis.
Ella explica que ambos los ha vivido como experiencias completamente diferentes, pasando de llevarlo con mucho humor a tener la cabeza pensando siempre en negativo y ver como caía en un pozo.
"Yo quería salir pero no tenía herramientas", ha dicho al señalar que fue tras acercarse a la AECC en Las Palmas cuando sintió que alguien entendía por lo que ella estaba pasando.
Ahora, afirma, "intento ser lo más feliz que pueda, disfrutar de cada abrazo, de cada beso, porque estamos empeñados en trabajar para luego disfrutar".
A Wafa Hayde Abou Saadh de Kamal Eddin, la enfermedad le pilló en Fuerteventura tras llegar allí desde Venezuela para un bautizo, y decidió quedarse para realizar en España el tratamiento, una experiencia que la Asociación ha querido visibilizar para mostrar también las dificultades de tratar la enfermedad sin la red de apoyo de la persona enferma.
El presidente de AECC en Las Palmas ha indicado que en 2024 fueron diagnosticadas de cáncer de mama en la provincia 883 personas, todas ellas mujeres, y un 24 % tenía menos de 50 años.
Además, ha indicado que en ese año, en Las Palmas hubo 6.431 casos de cáncer en total, una incidencia que aumenta por la mayor longevidad, pero también por el estilo de vida más sedentario, la obesidad, el poco ejercicio y dietas con poca fruta y verdura y mucho alimento procesado, que contribuyen especialmente a los tumores hormonodependientes, que son el cáncer de mama en la mujer y el cáncer de próstata en el varón.
"Muchas veces el personal médico está orientado a la curación biológica de la enfermedad, pero no siempre tenemos en cuenta las necesidades que van más allá", ha declarado durante la presentación de la campaña en Las Palmas de Gran Canaria el presidente de AECC en la provincia, el oncólogo Pedro Lara, al señalar que estos efectos y limitaciones se minimizan una vez curada la enfermedad y que con esta campaña, 'Nos lo tomamos a pecho', se hace visible lo que demandan los pacientes y sus familiares.
Lara ha indicado que, de media, el cáncer de mama en estadios precoces, que son la mayoría, se cura en el 95 % de los casos, "por tanto, la curación biológica del cáncer de mama precoz no es un gran problema, el problema es la curación emocional, el impacto que supone".
En la presentación han participado seis mujeres que han contado ese primer momento en que te anuncian la enfermedad en el que "no asimilas bien lo que te dicen los médicos", las recaídas, las metástasis, los efectos secundarios de la quimioterapia (como la bruma mental) y "que no se pueden expresar", y las secuelas, como ha expresado Carolina Santana, a quien le diagnosticaron el cáncer con 24 años.
Jessica Negrín ha expuesto las limitaciones laborales y el cómo las enfermas se plantean incorporarse al trabajo al pensar que tienes que pagar el alquiler, la luz, el agua, y hay que "poner en una balanza tu salud y tu economía".
Además, "burocráticamente es un caos" y "no te puedes centrar en tu sanación", ha dicho al compararlo con "una carrera de fondo" en la que decides volver a trabajar cuando sabes que "no estás preparada ni física ni psicológicamente porque económicamente no queda más remedio".
Aroa Rico ha recordado como le diagnosticaron la enfermedad a los 33 años y fue la primera vez en su vida que la dejaron sin palabras, así como la "montaña rusa" de emociones y la infinidad de efectos secundarios, algunos pasajeros pero otros crónicos, "que a veces con esta enfermedad no se ven".
Madre de una niña, también ha manifestado lo que supuso el pensar que no volvería a poder ser madre por la complicación de su caso y el miedo a morirse.
De las secuelas físicas ha tratado Scherezade García, al indicar que se mira al espejo pero no se reconoce, pero también de la dificultad para jugar en el suelo con su hijo por el dolor de cintura y articulaciones, y "ver que se acaba el tratamiento y la operación, pero no estoy bien". Para ella, ha dicho, "lo de menos es que se te caiga el pelo y ponerte un pañuelo".
María del Carmen López, que vive en Lanzarote, ha explicado cómo su red de apoyo fueron sus amigas y cómo no quiso hacer partícipes a sus familiares para que no sufrieran.
A López le diagnosticaron el cáncer de mamá en 2018 por primera vez y hace un año recayó con una metástasis.
Ella explica que ambos los ha vivido como experiencias completamente diferentes, pasando de llevarlo con mucho humor a tener la cabeza pensando siempre en negativo y ver como caía en un pozo.
"Yo quería salir pero no tenía herramientas", ha dicho al señalar que fue tras acercarse a la AECC en Las Palmas cuando sintió que alguien entendía por lo que ella estaba pasando.
Ahora, afirma, "intento ser lo más feliz que pueda, disfrutar de cada abrazo, de cada beso, porque estamos empeñados en trabajar para luego disfrutar".
A Wafa Hayde Abou Saadh de Kamal Eddin, la enfermedad le pilló en Fuerteventura tras llegar allí desde Venezuela para un bautizo, y decidió quedarse para realizar en España el tratamiento, una experiencia que la Asociación ha querido visibilizar para mostrar también las dificultades de tratar la enfermedad sin la red de apoyo de la persona enferma.
El presidente de AECC en Las Palmas ha indicado que en 2024 fueron diagnosticadas de cáncer de mama en la provincia 883 personas, todas ellas mujeres, y un 24 % tenía menos de 50 años.
Además, ha indicado que en ese año, en Las Palmas hubo 6.431 casos de cáncer en total, una incidencia que aumenta por la mayor longevidad, pero también por el estilo de vida más sedentario, la obesidad, el poco ejercicio y dietas con poca fruta y verdura y mucho alimento procesado, que contribuyen especialmente a los tumores hormonodependientes, que son el cáncer de mama en la mujer y el cáncer de próstata en el varón.
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