Absuelven a un acusado de abusar de una niña de 11 años en un parque de Tenerife

Durante el juicio la menor apeló en varias ocasiones a que no se acordaba de algunos de los extremos sobre los que se le preguntaba, por lo que su testimonio según los peritos carecía de “detalles y precisión suficiente”.

Tampoco se apreciaron signos de estrés postraumático ni de que la experiencia le hubiese acarreado a la menor consecuencia negativa alguna, aunque sí cierto resentimiento derivado de las relaciones anteriores que había mantenido.

Ante todo ello, el acusado siempre mostró su inocencia, de manera que la Sala tuvo que tomar su decisión únicamente según el testimonio de la joven y el denunciado.

La información que manejaba la madre le había llegado a través del padre de la menor, a quien a su vez un amigo le había contado lo que supuestamente ocurrió, información que recibió de una chica alemana con la que el acusado mantenía una relación puntual.

Ésta última también era conocida de la presunta víctima y sería la persona a la que la menor le contó lo que pasó en el parque y le dijo que a raíz de este encuentro tenía una infección.

A partir de aquí la madre la llevó a un centro médico y presentó la denuncia pero sin aportar más datos, y la menor tampoco se mostró especialmente comunicativa y sólo dijo que conocía a la otra joven y que apenas saludaba al acusado, porque era vecino suyo.

La amiga acabó viajando a su país de origen, Alemania, por lo que no llegó a participar como testigo durante el juicio.

Un informe médico concluyó con que no existió una infección, como manifestó alguno de los testigos y que la primera relación de la menor no había sido reciente.

Esta cadena de motivos concluyó con la absolución del encausado dada la situación de incertidumbre y falta de certezas que rodeó las declaraciones de los testigos y víctima.