Los jóvenes se dejan tentar por la extrema derecha
Las circunstancias económicas imponen que haya hijos de 35 años y más que todavía viven con sus padres. Llegar a los 40 y quedarse a vivir en la casa materna es algo que parecía inadecuado hasta hace unos años, pero hoy es un fenómeno relativamente frecuente.
Luis León Barreto
La emancipación de las nuevas generaciones se pone cuesta arriba, En España el paro juvenil es el más alto de Europa, porque las contradicciones del sistema hacen que los jóvenes tarden mucho en entrar en su etapa productiva, y si lo consiguen se dan de bruces contra la pared, con bajos salarios, las viviendas con precios incontrolables y alquileres cada vez más caros. El dinero lo tiene una pequeña minoría de la población, que cada año se hace más rica. Con todo ello, en la nueva generación se aprecia una sensación de desencanto y frustración. De ahí que la extrema derecha gane posiciones en este sector de edad.
En las democracias occidentales, los partidos de extrema derecha ganan posiciones. En Alemania llegan al veinte por ciento de votantes, igual que en Francia, Hungría, Austria, Eslovaquia, Croacia. En Italia o Argentina hemos visto que las ideas que vienen se consolidan con millones de votantes. Aunque bien es verdad que tanto la señora Meloni como Milei se han dado cuenta de que, ante todo, han de ser pragmáticos. Han de jugar hacia el centro.
Vienen años en que vamos a derrapar. Es el orden natural de las democracias, es el tránsito de unas ideas a otras. Ahora en el planeta mandan Donald Trump y Elon Musk, sin olvidar a Netanyahu y a Putin. Unos y otros con sus aranceles, sus planes para dominar el mundo, sus guerras neoimperiales, sus genocidios. Parece que, como en aquella prodigiosa película de Charlot, los dictadores florecen aquí y allá. Y la vieja democracia liberal nacida de la Revolución Francesa ya no tiene suficientes defensas para imponerse frente al nuevo orden ultraliberal. Defiéndete como puedas, ahí queda eso. Habrá más dinero para misiles y menos para sanidad, educación, prestaciones sociales. El futuro es para los poderosos que tengan un buen refugio antinuclear bajo el mullido césped de sus residencias. Y unas buenas vacaciones en la Antártida para refrescarse frente a calentamiento global.
Los indicadores económicos señalan que España crece pero muchos jóvenes no perciben esos avances en su día a día. Desde 2007, la exclusión social entre la población infantil y juvenil no ha dejado de aumentar, y ambos grupos se han convertido en “los grandes perdedores del modelo socioeconómico actual”, según el IX Informe Foessa. Hoy, 2,5 millones de personas de entre 18 y 29 años viven en situación de exclusión severa. Y Canarias siempre tiene los peores índices referenciales. También es curioso constatar que, a pesar de que los sueldos aquí son significativamente más bajos que la media europea, muchos jóvenes y menos jóvenes de Italia se siguen estableciendo aquí. Particularmente van al sector servicios, hostelería y bares.
De cualquier modo, todo está en ebullición. Y el aspirante a dictador Donald Trump se ha llevado un disgusto en el aniversario de su toma del poder, ha sido un golpe duro el nuevo alcalde de Nueva York y el triunfo de dos mujeres demócratas en sendos estados de la Unión.
¿Por qué el populismo de derechas avanza aceleradamente? Dicen los analistas que la democracia es lenta y no es eficaz para establecer reglas que aborden los problemas de los ciudadanos. Los tiempos decisorios son dilatados y la economía y la sociedad laten cada vez más deprisa, lo vemos por ejemplo con el asunto de la vivienda. Esa falta de agilidad nutre las urnas con votos para formaciones de extrema derecha en parte de Europa y el mundo. La tentación para el votante es impulsar a un líder fuerte que no se tenga que preocupar por el parlamento y ni por las elecciones. Parece que las mujeres y los ancianos son los que más se niegan al autoritarismo que viene.
Luis León Barreto
La emancipación de las nuevas generaciones se pone cuesta arriba, En España el paro juvenil es el más alto de Europa, porque las contradicciones del sistema hacen que los jóvenes tarden mucho en entrar en su etapa productiva, y si lo consiguen se dan de bruces contra la pared, con bajos salarios, las viviendas con precios incontrolables y alquileres cada vez más caros. El dinero lo tiene una pequeña minoría de la población, que cada año se hace más rica. Con todo ello, en la nueva generación se aprecia una sensación de desencanto y frustración. De ahí que la extrema derecha gane posiciones en este sector de edad.
En las democracias occidentales, los partidos de extrema derecha ganan posiciones. En Alemania llegan al veinte por ciento de votantes, igual que en Francia, Hungría, Austria, Eslovaquia, Croacia. En Italia o Argentina hemos visto que las ideas que vienen se consolidan con millones de votantes. Aunque bien es verdad que tanto la señora Meloni como Milei se han dado cuenta de que, ante todo, han de ser pragmáticos. Han de jugar hacia el centro.
Vienen años en que vamos a derrapar. Es el orden natural de las democracias, es el tránsito de unas ideas a otras. Ahora en el planeta mandan Donald Trump y Elon Musk, sin olvidar a Netanyahu y a Putin. Unos y otros con sus aranceles, sus planes para dominar el mundo, sus guerras neoimperiales, sus genocidios. Parece que, como en aquella prodigiosa película de Charlot, los dictadores florecen aquí y allá. Y la vieja democracia liberal nacida de la Revolución Francesa ya no tiene suficientes defensas para imponerse frente al nuevo orden ultraliberal. Defiéndete como puedas, ahí queda eso. Habrá más dinero para misiles y menos para sanidad, educación, prestaciones sociales. El futuro es para los poderosos que tengan un buen refugio antinuclear bajo el mullido césped de sus residencias. Y unas buenas vacaciones en la Antártida para refrescarse frente a calentamiento global.
Los indicadores económicos señalan que España crece pero muchos jóvenes no perciben esos avances en su día a día. Desde 2007, la exclusión social entre la población infantil y juvenil no ha dejado de aumentar, y ambos grupos se han convertido en “los grandes perdedores del modelo socioeconómico actual”, según el IX Informe Foessa. Hoy, 2,5 millones de personas de entre 18 y 29 años viven en situación de exclusión severa. Y Canarias siempre tiene los peores índices referenciales. También es curioso constatar que, a pesar de que los sueldos aquí son significativamente más bajos que la media europea, muchos jóvenes y menos jóvenes de Italia se siguen estableciendo aquí. Particularmente van al sector servicios, hostelería y bares.
De cualquier modo, todo está en ebullición. Y el aspirante a dictador Donald Trump se ha llevado un disgusto en el aniversario de su toma del poder, ha sido un golpe duro el nuevo alcalde de Nueva York y el triunfo de dos mujeres demócratas en sendos estados de la Unión.
¿Por qué el populismo de derechas avanza aceleradamente? Dicen los analistas que la democracia es lenta y no es eficaz para establecer reglas que aborden los problemas de los ciudadanos. Los tiempos decisorios son dilatados y la economía y la sociedad laten cada vez más deprisa, lo vemos por ejemplo con el asunto de la vivienda. Esa falta de agilidad nutre las urnas con votos para formaciones de extrema derecha en parte de Europa y el mundo. La tentación para el votante es impulsar a un líder fuerte que no se tenga que preocupar por el parlamento y ni por las elecciones. Parece que las mujeres y los ancianos son los que más se niegan al autoritarismo que viene.








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