Las forenses creen probable que el crimen de Arona lo cometieron dos personas, no una sola

La doctoras analizaron el cuerpo del fallecido el día siguiente y, como conclusión, extraen que probablemente uno asfixió a la víctima con un vestido de plástico encontrado en el cuello de éste y otro lo apuñaló, lo que podía haber ocurrido a la vez o de forma sucesiva.

De hecho, consideran que las heridas con los objetos punzantes se llevaron a cabo mientras el hombre permanecía aún vivo.

En el ataque se utilizaron dos cuchillos, uno de mayores dimensiones y otro que podría ser una lima que se encontró en la vivienda y que se dirigieron al cuello, abdomen y costado, siendo las dos primeras las más importantes y letales.

El informe toxicológico demostró que la víctima había ingerido gran cantidad de alcohol hasta llegar a los 2,41 gramos por litro de sangre. También detectaron el consumo de cocaína y tranquilizantes por lo que en el momento de la agresión era más vulnerable al no poder defenderse, según las forenses, que consideran que la pelea duró poco tiempo y que la muerte fue rápida.

En la vista, han declarado ademas los policías que acudieron al lugar y todos ellos coincidieron en que habían recibido una llamada de alerta sobre una mujer que había ingerido muchas pastillas para suicidarse.

No encontraron la dirección y por ello fueron casi por casualidad a la casa de la procesada, dado que habían sido varios los conflictos que había protagonizado, uno de ellos unos días antes.

Han relatado que, al llegar, se encontraron el cuerpo del fallecido sobre un plástico y vieron que salían los dos acusados de un cuarto, primero ella y luego él.

Al ordenarles que tirasen al suelo, se dieron cuenta de que el encausado tenía las manos manchadas de sangre seca, un dato en el que fue especialmente insistente el fiscal.

El policía que estuvo con el acusado dice que al principio aseguró que era inocente y que estaba dormido cuando ocurrió el crimen, aunque luego cambió la versión y dijo que había colaborado.

El procesado estaba nervioso y alterado y justificó lo ocurrido porque el fallecido era una persona muy agresiva que había hecho mucho daño a la mujer, versión que luego no se plasmó en el atestado.

La policía que estuvo con la acusada declaró que ésta en un primer momento se autoinculpó de todo lo que había pasado, se confesó única autora del crimen y que lo había hecho porque estaba muy cansada de sufrir continuos maltratos y violaciones.

Relató que cuando el fallecido fue a su casa "le di una puñalada porque intentó matarme", y del otro acusado señaló que lo había llamado aquella tarde, que sabía que esto iba a ocurrir.