Los acusados del asesinato de Arona aceptan 17 años tras confesarse culpables en el juicio
El hombre y la mujer a los que se juzgaba en la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife por el crimen cometido en julio de 2023 en una vivienda de Costa del Silencio, en Arona, se han confesado este miércoles culpables de asesinato y han aceptado ser condenados a 17 años de cárcel cada uno.
En la tercera y última sesión del juicio, las defensas de Eugenio R. H. y Diana E. V. G. han dado a conocer al Jurado que han llegado a un acuerdo con la Fiscalía y con la familia de la víctima, por la que las dos acusaciones rebajan de 20 a 17 años la pena que solicita y ellos admiten la autoría conjunta del asesinato, del que hasta ahora se venían culpando el uno a la otra y viceversa.
Además, aceptan indemnizar con 300.000 euros a los herederos del fallecido.
El crimen tuvo lugar en julio de 2023, cuando los dos procesados hicieron una encerrona a la víctima en una vivienda de Costa del Silencio después de que este hubiese agredido de forma brutal a la mujer unos días antes.
La condena de conformidad se ha pactado después de tres días de juicio, cuando las partes se disponían a presentar sus conclusiones finales
Las defensas insistían hasta ese momento en la inocencia de sus representados y el fiscal y abogada de la familia de la víctima en pedir 20 años de cárcel y el pago de 300.000 euros de indemnización .
Entre las principales pruebas que apuntaban a la culpabilidad de ambos estaban los restos de ADN y un audio en el que se escucha como presionan a la víctima para que confiese la agresión a la mujer y luego le anuncian que lo van a matar.
El acuerdo entre acusaciones y defensas dispone, además, que la hija de la mujer condenada vivirá con su abuela, como ha venido haciendo hasta ahora, y que los dos procesados permanecerán ocho años bajo libertad vigilada tras salir de prisión.
En la primera sesión ambos se declararon inocentes y culparon al otro de lo ocurrido. A continuación salió una a la luz un día antes del crimen la intención de la mujer de vengarse, para lo que llegó a preguntar a un conocido las consecuencias legales que tendría matar a alguien.
Los peritos certificaron que en el cuerpo del fallecido se detectó el consumo de grandes cantidades de alcohol hasta llegar al 4,2 gramos por litro de sangre, tres tipos de tranquilizantes distintos y cocaína.
Por esta razón sus capacidades se encontraban "notablemente disminuidas", un estado del que habrían aprovechado los encausados para atacarle.
En la tercera y última sesión del juicio, las defensas de Eugenio R. H. y Diana E. V. G. han dado a conocer al Jurado que han llegado a un acuerdo con la Fiscalía y con la familia de la víctima, por la que las dos acusaciones rebajan de 20 a 17 años la pena que solicita y ellos admiten la autoría conjunta del asesinato, del que hasta ahora se venían culpando el uno a la otra y viceversa.
Además, aceptan indemnizar con 300.000 euros a los herederos del fallecido.
El crimen tuvo lugar en julio de 2023, cuando los dos procesados hicieron una encerrona a la víctima en una vivienda de Costa del Silencio después de que este hubiese agredido de forma brutal a la mujer unos días antes.
La condena de conformidad se ha pactado después de tres días de juicio, cuando las partes se disponían a presentar sus conclusiones finales
Las defensas insistían hasta ese momento en la inocencia de sus representados y el fiscal y abogada de la familia de la víctima en pedir 20 años de cárcel y el pago de 300.000 euros de indemnización .
Entre las principales pruebas que apuntaban a la culpabilidad de ambos estaban los restos de ADN y un audio en el que se escucha como presionan a la víctima para que confiese la agresión a la mujer y luego le anuncian que lo van a matar.
El acuerdo entre acusaciones y defensas dispone, además, que la hija de la mujer condenada vivirá con su abuela, como ha venido haciendo hasta ahora, y que los dos procesados permanecerán ocho años bajo libertad vigilada tras salir de prisión.
En la primera sesión ambos se declararon inocentes y culparon al otro de lo ocurrido. A continuación salió una a la luz un día antes del crimen la intención de la mujer de vengarse, para lo que llegó a preguntar a un conocido las consecuencias legales que tendría matar a alguien.
Los peritos certificaron que en el cuerpo del fallecido se detectó el consumo de grandes cantidades de alcohol hasta llegar al 4,2 gramos por litro de sangre, tres tipos de tranquilizantes distintos y cocaína.
Por esta razón sus capacidades se encontraban "notablemente disminuidas", un estado del que habrían aprovechado los encausados para atacarle.











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