El Pescante de Vallehermoso
Vallehermoso es un pueblo en alto. Anidado en una prominencia de terreno volcánico. Abajo está el mar. Y entre los dos, campos de plataneras. Es rico el pueblo por las excelencias de sus tierras. Pero estas excelencias no hubieran sido nada, sólo algo aprovechadas en la intimidad, sin la construcción de ese pescante por cuya mano alargada rueda toda la prosperidad de Vallehermoso.
Pescante de Vallehermoso, 1927
Del Norte de La Gomera es este mar de la playa de Vallehermoso el más violento, el más corajudo. Y si nos fijamos en esto, la importancia de esta voluntad que llevó a cabo la construcción del Pescante, crece y se agiganta.
A pesar de todas estas dificultades fué el Pescante de Vallehermoso, el primero construido en La Gomera. Después vino el de Agulo. Luego el de Hermigua. Por todo ello los tropiezos que se encontraron en su edificación fueron difíciles de vencer. Sólo una energía y una inteligencia como la de su Director Don Antonio Fernández, pudieron llevar a cabo una empresa que desde los primeros momentos se vio rodeada del más poderoso de los pesimismos, sin duda alguna explicables, para voluntades no templadas en el calor de esa voluntad de Don Antonio Fernández, espíritu guiador del Pescante de Vallehermoso.
![[Img #55164]](upload/img/periodico/img_55164.jpg)
Antiguo Pescante de Vallehermoso.Antiguo Pescante de Vallehermoso.
El capital social de la Sociedad del Pescante fue de 25.000 pesetas, cantidad modesta para la importancia de la obra que había de realizarse. Sólo a costa de grandes sacrificios y de un verdadero optimismo pudo sacarse adelante esta construcción, cuyo valor ha sido de 60.000 pesetas y que hoy luce su brazo reluciente al sol y como garantía de la prosperidad agrícola de Vallehermoso. Su importancia ya lo da escuetamente estas cifras de bultos de fruta que por él ha salido. Durante un año se embarcaron 10.000 atados de tomates y 60.000 huacales de plátanos.
El Pescante de Vallehermoso, orgullo legítimo de un pueblo que se dice trabajador, va unido indisolublemente al nombre de Don Antonio Fernández. El que se haya erguido con su esqueleto de acero frente al mar sólo fue un coronario de una voluntad que se alzó antes que él: la de Don Antonio Fernández; Fernández, espíritu optimista, fuerza maestra de la magnífica empresa.
Revista Hespérides. 11 de octubre de 1927.
Pescante de Vallehermoso, 1927
Del Norte de La Gomera es este mar de la playa de Vallehermoso el más violento, el más corajudo. Y si nos fijamos en esto, la importancia de esta voluntad que llevó a cabo la construcción del Pescante, crece y se agiganta.
A pesar de todas estas dificultades fué el Pescante de Vallehermoso, el primero construido en La Gomera. Después vino el de Agulo. Luego el de Hermigua. Por todo ello los tropiezos que se encontraron en su edificación fueron difíciles de vencer. Sólo una energía y una inteligencia como la de su Director Don Antonio Fernández, pudieron llevar a cabo una empresa que desde los primeros momentos se vio rodeada del más poderoso de los pesimismos, sin duda alguna explicables, para voluntades no templadas en el calor de esa voluntad de Don Antonio Fernández, espíritu guiador del Pescante de Vallehermoso.
Antiguo Pescante de Vallehermoso.Antiguo Pescante de Vallehermoso.
El capital social de la Sociedad del Pescante fue de 25.000 pesetas, cantidad modesta para la importancia de la obra que había de realizarse. Sólo a costa de grandes sacrificios y de un verdadero optimismo pudo sacarse adelante esta construcción, cuyo valor ha sido de 60.000 pesetas y que hoy luce su brazo reluciente al sol y como garantía de la prosperidad agrícola de Vallehermoso. Su importancia ya lo da escuetamente estas cifras de bultos de fruta que por él ha salido. Durante un año se embarcaron 10.000 atados de tomates y 60.000 huacales de plátanos.
El Pescante de Vallehermoso, orgullo legítimo de un pueblo que se dice trabajador, va unido indisolublemente al nombre de Don Antonio Fernández. El que se haya erguido con su esqueleto de acero frente al mar sólo fue un coronario de una voluntad que se alzó antes que él: la de Don Antonio Fernández; Fernández, espíritu optimista, fuerza maestra de la magnífica empresa.
Revista Hespérides. 11 de octubre de 1927.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.97