Original de Pancho Cruz Correa, de 69 años, de Valle Gran Rey (ay. Valle Gran Rey). Rec. por Max. Trapero y Helena Hernández el 22 de agosto de 1983.
El Caso Del Tambor Reventado (Fiesta De San Antonio)
Yo agarré un tambor prestado, ¡quién no lo hubiera agarrado!
Señores, voy a contarles un caso que me ha pasado.
Un día de San Antonio agarré un tambor prestado,
lo llevé por allí pa' arriba pero muy equivocado,
porque cuando yo llegué arriba los demás no habían llegado.
Al cabo de un momento a buscar a otro han mandado.
Por fin llegaron con él, lo puse bien apreparado.
Me puse a lidiar en él, lo puse bien afinado.
Entonces empecé a cantar pero mal acompañado.
Visto que lo hacen tan mal me puse medio enfadado
y agarré por el tambor y allí lo puse guardado.
Al salir la procesión a buscarme han mandado
para que fuera a cantar que siempre se ha acostumbrado.
Entonces empecé a cantar para cumplir lo ordenado.
Terminó la procesión y un gran baile se ha formado.
Al cabo de unos momentos tres fulanos han llegado
y se acercaron a mí y d'esta manera me hablaron:
—Tiene que irse de aquí a tocar en otro lado
porque queremos bailar nuestro baile acostumbrado.—
Yo por no buscar tragedias, porque nunca me han gustado,
llamé por mis compañeros y a otro sitio me he marchado.
Al cabo de breve rato el tambor se ha reventado.
Visto que no era mío me puse muy disgustado.
Lo eche bajo del socojo y pa' casa me he marchado
y cuando llegué a mi casa mi mujer me ha preguntado:
—Esta noche traes tambor, seguro que lo has comprado.—
Y yo a mi buena esposa de esta manera le he hablado:
—Este tambor no es mío, que es que lo agarré prestado
y tuve la tan mala suerte que se me ha reventado
y no se lo entrego al dueño hasta que no esté arreglado.—
Al cabo de pocos días con el dueño me he encontrado:
—Señor, yo voy a contarle el caso que me ha pasado:
El día de San Antonio el tambor se ha reventado
y de todo lo que siento es que no sé aprepararlo.—
El señor, noble y cordial, de esta manera me ha hablado:
—No te disgustes por eso que yo mismo lo apreparo;
mira a ver si consigues pieles de cordero o de gazapo.—
Preguntaba a los vecinos pero no lo han encontrado.
Para el día de San Juan una cordera han matado
y fui y le encargué la piel y el señor la ha regalado.
Fui y se la entregué al dueño y el tambor ha remachado.
Dice Pancho Cruz que fue un caso que le ocurrió a él mismo y que por ello hizo estas «coplas».
Extraído del libro de Maximiano Trapero Romancero General de La Gomera
Señores, voy a contarles un caso que me ha pasado.
Un día de San Antonio agarré un tambor prestado,
lo llevé por allí pa' arriba pero muy equivocado,
porque cuando yo llegué arriba los demás no habían llegado.
Al cabo de un momento a buscar a otro han mandado.
Por fin llegaron con él, lo puse bien apreparado.
Me puse a lidiar en él, lo puse bien afinado.
Entonces empecé a cantar pero mal acompañado.
Visto que lo hacen tan mal me puse medio enfadado
y agarré por el tambor y allí lo puse guardado.
Al salir la procesión a buscarme han mandado
para que fuera a cantar que siempre se ha acostumbrado.
Entonces empecé a cantar para cumplir lo ordenado.
Terminó la procesión y un gran baile se ha formado.
Al cabo de unos momentos tres fulanos han llegado
y se acercaron a mí y d'esta manera me hablaron:
—Tiene que irse de aquí a tocar en otro lado
porque queremos bailar nuestro baile acostumbrado.—
Yo por no buscar tragedias, porque nunca me han gustado,
llamé por mis compañeros y a otro sitio me he marchado.
Al cabo de breve rato el tambor se ha reventado.
Visto que no era mío me puse muy disgustado.
Lo eche bajo del socojo y pa' casa me he marchado
y cuando llegué a mi casa mi mujer me ha preguntado:
—Esta noche traes tambor, seguro que lo has comprado.—
Y yo a mi buena esposa de esta manera le he hablado:
—Este tambor no es mío, que es que lo agarré prestado
y tuve la tan mala suerte que se me ha reventado
y no se lo entrego al dueño hasta que no esté arreglado.—
Al cabo de pocos días con el dueño me he encontrado:
—Señor, yo voy a contarle el caso que me ha pasado:
El día de San Antonio el tambor se ha reventado
y de todo lo que siento es que no sé aprepararlo.—
El señor, noble y cordial, de esta manera me ha hablado:
—No te disgustes por eso que yo mismo lo apreparo;
mira a ver si consigues pieles de cordero o de gazapo.—
Preguntaba a los vecinos pero no lo han encontrado.
Para el día de San Juan una cordera han matado
y fui y le encargué la piel y el señor la ha regalado.
Fui y se la entregué al dueño y el tambor ha remachado.
Dice Pancho Cruz que fue un caso que le ocurrió a él mismo y que por ello hizo estas «coplas».
Extraído del libro de Maximiano Trapero Romancero General de La Gomera







Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.166