Por la Izquierda y por la Derecha...

Santiago Negrín Dorta*

No creo que hablaran de los trenes de ambas islas, tal y como con fina ironía, comentaba ayer mi compañero Pomares. Ellos dicen que no, que fueron a hablar de cosas de partidos, programas políticos etc. Las cosas habituales de reservado de Restaurante, no sea que el diablo de la Moción de Censura en Fuerteventura sea malo.

Un Pacto, que a día de hoy sigue están en manos de un tipo que se llama Casimiro Curbelo, que ayer, ya dijo que en él no van a encontrar a “quien desestabilice”. Recalcó, en una entrevista en Radio Marca, que su vanidad y su ego andan ya más que cubiertos, cuando le llenaron las orejas con cantos de sirena, ofreciéndole ser presidente del Gobierno Canario.

Y es que Curbelo, ayer, mandó recado, a modo de silbido directo por la izquierda (y cada cual que se lo tome como quiera): “ahora, menos arreglar los asuntos internos de los partidos y más arrimar el hombro para salir de esta”. No sé, qué pensará Román Rodríguez de todo esto y de la otra frase del líder gomero, que, “por la derecha, ya otro Pacto Cuatripartito, era y es posible aritméticamente con ASG, antes de lo que está ocurriendo en Fuerteventura”. A buen entendedor...

Y luego está el asunto de los Ciudadanos de Arriaga, un político recién aterrizado en la Dirección Regional de un partido, que parece encallado como estaba el barco de Fred Olsen encima del Dedo de Dios. Arriaga dijo que no gobernará con Podemos en el cuatripartito de las Flores, y sin embargo se apoya en ellos para el Pacto del Cabildo de Tenerife, lo cual permite sustentar el Gobierno del que forma parte. Bienvenidos al Circo...

Si les digo yo que esto no tiene ni pies ni cabeza. Ya se lo dije yo un día a Casimiro Curbelo, que a ver si llena unos frascos con aire de Laurisilva del Parque Nacional y los manda a algunas sedes de formaciones políticas, a ver si con un buen sahumerio, se les aclaran la ideas.  

* Periodista y Analista de Actualidad. Profesor de Comunicación Universidad Europea.

 (Reflexiones de un periodista inquieto.  La Chincheta lo cuenta todo...  sin miedo, en dos minutos).