El abandono de El Cedro. Sus vecinos y visitantes desprotegidos
Desde hace mucho tiempo, el barrio de El Cedro se encuentra abandonado por las instituciones de la isla. Solo hay que darse un paseo por los caminos abandonados y la carretera mal conservada para darse cuenta del abandono que asola al barrio y que afecta a vecinos y a visitantes de El Cedro que es un lugar maravilloso, de gran potencial, situado en un enclave natural único descriptible perfectamente como el bombón de La Gomera.
![[Img #81579]](https://gomeraverde.es/upload/images/08_2021/6120_00.jpg)
Cada año los vecinos tienen que lidiar con desprendimientos, caídas de árboles, socavones y grietas en la carretera y con el crecimiento imparable de zarzas, helechas y hierbas a las que nadie, más que los propios vecinos, ponen un poco de remedio, cuando ven que el acceso es imposible y las instituciones, una vez más, no reaccionan. Somos los vecinos los que, con nuestros propios medios, despejamos y limpiamos la carretera y los caminos para poder transitar sin reclamar compensación alguna, pero esta situación que nos afecta desde hace años es ya insostenible.
Únicamente, una vez al año, parece que existe El Cedro para las instituciones, que mandan efectivos para cortar unas helechas, no muchas tampoco, en la zona recreativa y de aparcamiento de El Cedro y limpiar el camino que va desde la ermita hasta la Era de la Vieja Dolores, todo ello con motivo de la fiesta de El Cedro que tiene lugar cada último domingo de agosto, pero con la situación de emergencia sanitaria derivada de la COVID, las instituciones se olvidaron una vez más de El Cedro porque en el año anterior no hubo fiesta y, por tanto, tampoco limpieza.
A toda esta situación de abandono se suma el control de acceso a El Cedro que, aunque dicen que no afecta a la libre circulación de visitantes que quieran ir al barrio de El Cedro y solo se supone que es para Las Mimbreras, la realidad es que los visitantes se quejan de que encuentran limitado su acceso al barrio. Incluso, en los días de alerta de calor, el control de acceso se ha endurecido pidiendo a los visitantes pruebas de que acuden al restaurante a consumir y, en caso de no comprometerse a llevar esta prueba, se les niega el paso. ¿Existe amparo legal a esta situación de atropello?.
Los vecinos de El Cedro nos sentimos discriminados, desprotegidos y humillados, puesto que es El Cedro el único barrio periférico al Parque Nacional de Garajonay que cuenta con estas restricciones tan gravosas que los vecinos tienen que indicar su residencia en el barrio para acceder.
¿Terminarán por cobrar para poder entrar a El Cedro que es un lugar de todos? ¿Querrán cerrar El Cedro para el disfrute de unos privilegiados afectando como siempre al pueblo? ¿Habrá alguna institución que responda al reclamo que estamos haciendo desde hace tiempo y nos ayude?.
Cada año los vecinos tienen que lidiar con desprendimientos, caídas de árboles, socavones y grietas en la carretera y con el crecimiento imparable de zarzas, helechas y hierbas a las que nadie, más que los propios vecinos, ponen un poco de remedio, cuando ven que el acceso es imposible y las instituciones, una vez más, no reaccionan. Somos los vecinos los que, con nuestros propios medios, despejamos y limpiamos la carretera y los caminos para poder transitar sin reclamar compensación alguna, pero esta situación que nos afecta desde hace años es ya insostenible.
Únicamente, una vez al año, parece que existe El Cedro para las instituciones, que mandan efectivos para cortar unas helechas, no muchas tampoco, en la zona recreativa y de aparcamiento de El Cedro y limpiar el camino que va desde la ermita hasta la Era de la Vieja Dolores, todo ello con motivo de la fiesta de El Cedro que tiene lugar cada último domingo de agosto, pero con la situación de emergencia sanitaria derivada de la COVID, las instituciones se olvidaron una vez más de El Cedro porque en el año anterior no hubo fiesta y, por tanto, tampoco limpieza.
A toda esta situación de abandono se suma el control de acceso a El Cedro que, aunque dicen que no afecta a la libre circulación de visitantes que quieran ir al barrio de El Cedro y solo se supone que es para Las Mimbreras, la realidad es que los visitantes se quejan de que encuentran limitado su acceso al barrio. Incluso, en los días de alerta de calor, el control de acceso se ha endurecido pidiendo a los visitantes pruebas de que acuden al restaurante a consumir y, en caso de no comprometerse a llevar esta prueba, se les niega el paso. ¿Existe amparo legal a esta situación de atropello?.
Los vecinos de El Cedro nos sentimos discriminados, desprotegidos y humillados, puesto que es El Cedro el único barrio periférico al Parque Nacional de Garajonay que cuenta con estas restricciones tan gravosas que los vecinos tienen que indicar su residencia en el barrio para acceder.
¿Terminarán por cobrar para poder entrar a El Cedro que es un lugar de todos? ¿Querrán cerrar El Cedro para el disfrute de unos privilegiados afectando como siempre al pueblo? ¿Habrá alguna institución que responda al reclamo que estamos haciendo desde hace tiempo y nos ayude?.
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