Ordeñar la cabra...

No les reprocho eso, pero, durante lo más duro de la pandemia, ¿a quiénes buscaban como posesos para que fueran a los hoteles? a los canarios. Los canarios, los únicos que iban a hoteles, salvaron muchos puestos de trabajo. Ahora, que han vuelto los turistas a mansalva, sería bueno no ordeñar a los residentes como cabras y moderar (no digo regalar), los precios.  

“De bien nacido es ser agradecido” dicen. Pues está claro que el refranero español no resuena en las consciencias de muchos grupos hoteleros, que prefieren el “si te he visto, no me acuerdo...” ¿No nos dicen a los canarios, en las campañas publicitarias, que descubramos nuestra tierra? Pues como no sea con la Berlingo y el colchón detrás, veo chungo descubrir algo, más allá de un dolor de cuello por dormir enguruñado en la trasera del coche.   

A la cabra hay que ordeñarla, pero con cuidado porque si se aprieta mucho, cuando haya otro revés, y vuelvan a buscar a los canarios, “hijos pródigos”, se pueden encontrar con aquello de “donde pasaste el invierno pasa el verano”. Hoy, ya ven, me salió el refranero. No se puede pedir a la gente de aquí que llene hoteles, cuando los guiris no podían entrar a las islas, y ahora que hay turistas, tratar de clavarlos con la estaca de Drácula.

“No le muerdas la mano a quien te ha dado de comer”. Es verdad que el refranero es sabio. A la gente de aquí también le gusta ir a un hotelito de vez en cuando, así que hagan unas ofertitas para los de aquí, hombre. Porque si no, será aquello de que “para la leche que da la cabra, que se la tome el baifo”. Ustedes, que son incluso más sabios que el refranero, me entienden...