Las revisiones periódicas, clave para frenar la degeneración macular
La oftalmóloga de Hospital Parque Mariel Sánchez señala que se trata de la primera causa de ceguera a partir de los 55 años y no cuenta con un tratamiento para recuperar la pérdida de vista.
Coincidiendo con la celebración, el jueves 13, del Día Mundial de la Visión, señala que, además de la edad, está asociada a factores genéticos y al tabaquismo
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La realización de revisiones periódicas se convierte en la única medida para frenar el desarrollo de la degeneración macular, una patología que es la primera causa de ceguera a partir de los 55 años y que no cuenta con ningún tratamiento para recuperar la visión perdida, explica la oftalmóloga de Hospital Parque Mariel Sánchez.
Coincidiendo con la celebración, el próximo jueves 13, del Día Mundial de la Visión, señala que se trata de una enfermedad que afecta en estos momentos al 1,5% de la población en España y que registra una tendencia al alza como consecuencia del envejecimiento poblacional.
En este sentido, insiste en que con el aumento de la edad las lesiones se hacen más patentes, alcanzando al 5,3% de los mayores de 50, porcentaje que se incrementa de forma exponencial a partir de los 85 años.
Mariel Sánchez recuerda que se trata de una enfermedad de carácter limitante, ya que afecta a la mácula, la zona de la retina en la que reside el 90% de la visión, y provoca una pérdida de la visión central, dificultando el desarrollo de actividades como conducir, leer, ver la televisión o reconocer las caras.
Añade que la visión borrosa, especialmente al fijar la vista, así como en la distorsión de las líneas rectas y la aparición de una zona oscura o vacía en el centro de la visión son los síntomas más habituales.
Además de la edad, el componente genético es otro factor asociado a la aparición de la degeneración macular. Asimismo, el consumo de tabaco multiplica por 3,6 el riesgo de padecer la enfermedad y de responder peor al tratamiento. A su vez, las mujeres y las personas con ojos claros son dos colectivos en los que se detecta una mayor prevalencia.
Aspectos fundamentales en las revisiones oftalmológicas, como son el examen de la agudeza visual y la exploración del fondo de ojo, permiten el diagnóstico de la degeneración macular, en cuyo caso se recurre a otras pruebas clave para la realización de una tomografía de coherencia óptica, que permite apreciar el alcance de la patología.
La oftalmóloga de Hospital Parque manifiesta que la degeneración macular seca es la tipología más frecuente, que aglutina al 85% de los casos. De progresión lenta, su única terapia pasa por la administración de suplementos con antioxidantes, así como una dieta rica en fruta, verdura verde y ácidos grasos del tipo omega 3.
Señala que una parte de estos casos se convierten con el tiempo en degeneración macular húmeda, en cuyo caso se puede detener su alcance a través de la inyección intraocular de antiangiogénicos, un procedimiento que se realiza de forma ambulatoria y que consigue detener la pérdida de visión en el 90% de los casos.
A su vez, explica que la incorporación de una dieta rica en antioxidantes, en la que se incluya fruta, verdura y pescado azul, así como la eliminación del consumo de tabaco son aspectos que juegan un papel clave en el control y seguimiento de esta patología.
Por otro lado, Mariel Sánchez apunta que los afectados cuentan con la posibilidad de rehabilitación a través de las ayudas de baja visión, centradas en diferentes sistemas ópticos de magnificación que permiten un mejor rendimiento.
Coincidiendo con la celebración, el jueves 13, del Día Mundial de la Visión, señala que, además de la edad, está asociada a factores genéticos y al tabaquismo
La realización de revisiones periódicas se convierte en la única medida para frenar el desarrollo de la degeneración macular, una patología que es la primera causa de ceguera a partir de los 55 años y que no cuenta con ningún tratamiento para recuperar la visión perdida, explica la oftalmóloga de Hospital Parque Mariel Sánchez.
Coincidiendo con la celebración, el próximo jueves 13, del Día Mundial de la Visión, señala que se trata de una enfermedad que afecta en estos momentos al 1,5% de la población en España y que registra una tendencia al alza como consecuencia del envejecimiento poblacional.
En este sentido, insiste en que con el aumento de la edad las lesiones se hacen más patentes, alcanzando al 5,3% de los mayores de 50, porcentaje que se incrementa de forma exponencial a partir de los 85 años.
Mariel Sánchez recuerda que se trata de una enfermedad de carácter limitante, ya que afecta a la mácula, la zona de la retina en la que reside el 90% de la visión, y provoca una pérdida de la visión central, dificultando el desarrollo de actividades como conducir, leer, ver la televisión o reconocer las caras.
Añade que la visión borrosa, especialmente al fijar la vista, así como en la distorsión de las líneas rectas y la aparición de una zona oscura o vacía en el centro de la visión son los síntomas más habituales.
Además de la edad, el componente genético es otro factor asociado a la aparición de la degeneración macular. Asimismo, el consumo de tabaco multiplica por 3,6 el riesgo de padecer la enfermedad y de responder peor al tratamiento. A su vez, las mujeres y las personas con ojos claros son dos colectivos en los que se detecta una mayor prevalencia.
Aspectos fundamentales en las revisiones oftalmológicas, como son el examen de la agudeza visual y la exploración del fondo de ojo, permiten el diagnóstico de la degeneración macular, en cuyo caso se recurre a otras pruebas clave para la realización de una tomografía de coherencia óptica, que permite apreciar el alcance de la patología.
La oftalmóloga de Hospital Parque manifiesta que la degeneración macular seca es la tipología más frecuente, que aglutina al 85% de los casos. De progresión lenta, su única terapia pasa por la administración de suplementos con antioxidantes, así como una dieta rica en fruta, verdura verde y ácidos grasos del tipo omega 3.
Señala que una parte de estos casos se convierten con el tiempo en degeneración macular húmeda, en cuyo caso se puede detener su alcance a través de la inyección intraocular de antiangiogénicos, un procedimiento que se realiza de forma ambulatoria y que consigue detener la pérdida de visión en el 90% de los casos.
A su vez, explica que la incorporación de una dieta rica en antioxidantes, en la que se incluya fruta, verdura y pescado azul, así como la eliminación del consumo de tabaco son aspectos que juegan un papel clave en el control y seguimiento de esta patología.
Por otro lado, Mariel Sánchez apunta que los afectados cuentan con la posibilidad de rehabilitación a través de las ayudas de baja visión, centradas en diferentes sistemas ópticos de magnificación que permiten un mejor rendimiento.
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