El saco de La Chincheta
    
   
	    
	
    
        
    
    
        
          
		
    
        			        			        			        			        			        	
                                
                    			        			        			        			        			        
    
    
    El saco de la Chincheta, tiene cosas para escribir a comienzos de este 2023. Sobre el tema de Rodin, y su ya defenestrado museo en SCTFE, poco más que decir. Que la ciudad pierde, por la majadería ancestral, (cultural, política ¿o ambas?), de algunos, los de siempre, una oportunidad única e irrepetible de convertirse en un referente cultural internacional, y más allá de ello, de unos suculentos ingresos económicos, que echaremos de menos.
	
	
        
        
        			        			        			        			        			        			        			        			        			        			        
        
                
        
         
![[Img #88667]](https://gomeraverde.es/upload/images/01_2023/6231_santiago-n-480-309.jpg)
 
En Medellín (Colombia), la Plaza de Fernando Botero, al aire libre (miren la imagen), donde he tenido la inmensa suerte de estar, es un hervidero de tiendas,  cafeterías, visitas guiadas etc. Y no es precisamente Medellín un lugar turístico de afluencia masiva, no hay cruceros, no hay un sur turístico con turoperadores. Todo lo contrario, la ciudad vive todavía con el estigma de los Cárteles de la droga. Pues vaya usted y quite de Medellín el tema Botero. Lo corren a palos de la ciudad...
 
No digo más. Solo espero que el parque Viera y Clavijo, al que imaginaba yo, como la Plaza Botero, ya lleno de esculturas de Rodin, cafeterías, tiendas y gente paseando, lo arreglen de todas formas. El saco de la Chincheta se vació de buena cultura, pero viene lleno de esperanza turística. 2023, a pesar de todo, promete ser bueno de verdad (por eso, proyectos como los de Rodin eran maravillosos...), y por ahí trataremos de mantener un empleo, al que la inflación y los precios, amenazan con comerse.
 
El Saco de la Chincheta viene lleno de incertidumbres políticas, el saco de un año electoral, donde hasta el propio hombre del saco, el coco, y la Bruja Avería, saldrían corriendo si supieran las pócimas venenosas que algunos y algunas preparan. El saco de La Chincheta tiene un pequeño agujero para desaguar a la maloliente miseria de las muertes por maltrato. Tiene también un ladito para el amor puro, el de los corazones puros. Creo que este saco, Chincheta..., promete...¿verdad?.
 
 
        
        
    
       
            
    
        
        
	
    
                                    	
                                        
                                                                                                                                                                                                                                                                                        
    
    
	
    
![[Img #88667]](https://gomeraverde.es/upload/images/01_2023/6231_santiago-n-480-309.jpg)
En Medellín (Colombia), la Plaza de Fernando Botero, al aire libre (miren la imagen), donde he tenido la inmensa suerte de estar, es un hervidero de tiendas, cafeterías, visitas guiadas etc. Y no es precisamente Medellín un lugar turístico de afluencia masiva, no hay cruceros, no hay un sur turístico con turoperadores. Todo lo contrario, la ciudad vive todavía con el estigma de los Cárteles de la droga. Pues vaya usted y quite de Medellín el tema Botero. Lo corren a palos de la ciudad...
No digo más. Solo espero que el parque Viera y Clavijo, al que imaginaba yo, como la Plaza Botero, ya lleno de esculturas de Rodin, cafeterías, tiendas y gente paseando, lo arreglen de todas formas. El saco de la Chincheta se vació de buena cultura, pero viene lleno de esperanza turística. 2023, a pesar de todo, promete ser bueno de verdad (por eso, proyectos como los de Rodin eran maravillosos...), y por ahí trataremos de mantener un empleo, al que la inflación y los precios, amenazan con comerse.
El Saco de la Chincheta viene lleno de incertidumbres políticas, el saco de un año electoral, donde hasta el propio hombre del saco, el coco, y la Bruja Avería, saldrían corriendo si supieran las pócimas venenosas que algunos y algunas preparan. El saco de La Chincheta tiene un pequeño agujero para desaguar a la maloliente miseria de las muertes por maltrato. Tiene también un ladito para el amor puro, el de los corazones puros. Creo que este saco, Chincheta..., promete...¿verdad?.


                         
                         
                         





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