Acusados intento de secuentro de una menor dicen que fue una “sugestión”
Los tres procesados por un presunto delito de detención ilegal de una menor en Tenerife, a la que supuestamente intentaron introducir en un vehículo, han dicho este miércoles ante la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife que se trata de una "terrible sugestión".
Los hechos habrían tenido lugar en la carretera de Santa Úrsula sobre las 17 horas, momento el que quien conducía el vehículo hizo un derrape y se puso delante de la menor, que tenía 16 años, mientras que los otros dijeron: “cógela, cógela”.
La joven se escondió en una ferretería cercana, desde donde llamó a la Guardia Civil, a la vez que uno de los acusados le habría dicho: “Te escapaste putita”.
Los tres procesados niegan los hechos que atribuyen a que la joven vivía atemorizada a causa de los consejos de sus padres.
“Esta chica ha visto demasiadas películas, mucha tele, debe estar obsesionada con lo que le han dicho sus padres”, indicó el que conducía el vehículo.
Las defensas piden la libre absolución de los tres acusados porque no hay ninguna prueba sólida en su contra, y creen que todo es debido, no tanto a una mentira si no más bien a “una percepción equivocada de la realidad”, porque "estaba traumatizada, sentía un miedo intrínseco y fue víctima de “una increíble sugestión”.
La presunta víctima lamentó sentirse cuestionada desde que denunció lo ocurrido, admite que no recuerda las caras de los acusados y del coche sólo dijo con rotundidad que era un descapotable.
Ha declarado que aquella tarde, como solía hacer todos los días, fue a la playa y luego cogió la guagua para regresar a su casa. Mientras andaba sola vio como un coche derrapó delante de ella para interceptarle el paso, mientras que dos jóvenes la persiguieron.
Dice que optó por refugiarse en una ferretería cercana e incluso se escondió debajo del mostrador a causa del pánico y nervios que sufría, hasta el punto de que era incapaz de explicar lo que le había ocurrido.
Un señor, ya fallecido, aseguró en su declaración judicial que identificó a los tres jóvenes, escuchó como decían: “Te escapaste putita” y que la hermana de uno de ellos estaba fuera del negocio como si esperara a alguien.
La Guardia Civil se personó en el lugar y poco después localizaron a los jóvenes en la plaza.
Los agentes aseguraron a la denunciante que en el momento de la detención estaban hablando de este asunto y que venían de comprar droga.
La joven asegura que nueve años después sigue sintiendo miedo, y ha estado cerca de ocho meses sin poder salir sola a la calle y continúa en tratamiento psicológico.
Declaró que el padre le había advertido en varias ocasiones que tuviera cuidado con este tipo de percances.
La trabajadora de la ferretería recordaba que la menor entró exaltada diciendo que la querían meter dentro de un coche, intentó usar el teléfono del negocio pero cómo no funcionaba usó el móvil del testigo fallecido para llamar a la Guardia Civil.
Recuerda que la chica que estaba fuera llamó a su hermano y le dijo que tuviera cuidado porque lo acusaban de lo ocurrido, y otro testigo que estaba en la ferretería aseguró que presenció cómo la chica se refugiaba en el negocio pero dijo que no vio a nadie fuera ni escuchó nada.
La Fiscalía redujo su petición de penas de cárcel de un año y medio a un mes y medio debido a dilaciones indebidas.
No obstante, cree que el relato de la joven es creíble y se ha mantenido inalterado, además de no existir ningún motivo espúreo para acusarlos. “Quizás la intención no era tanto secuestrarla pero al menos sí constreñir su libertad”, dijo.
Las defensas llamaron la atención sobre el hecho de que el coche del acusado no era descapotable, y consideran inverosímil que los tres se hubieran puesto de acuerdo para cometer un delito de tal gravedad y menos a plena luz del día en un lugar en el que todos residían y eran conocidos.
Los tres acusados coinciden en la misma versión. Aquel día dos de ellos iban paseando por la carretera y el que llevaba el coche los vio y paró en seco para llevarlos a la plaza.
Dicen que ni conocen a la chica ni tienen idea de porqué los acusa de este delito y sobre el testigo fallecido todos coincidieron en que era una persona alcohólica. El propietario del coche aseguró en su turno a la última palabra que se vio obligado a venderlo ante los comentarios que tuvieron lugar en el pueblo.
Los hechos habrían tenido lugar en la carretera de Santa Úrsula sobre las 17 horas, momento el que quien conducía el vehículo hizo un derrape y se puso delante de la menor, que tenía 16 años, mientras que los otros dijeron: “cógela, cógela”.
La joven se escondió en una ferretería cercana, desde donde llamó a la Guardia Civil, a la vez que uno de los acusados le habría dicho: “Te escapaste putita”.
Los tres procesados niegan los hechos que atribuyen a que la joven vivía atemorizada a causa de los consejos de sus padres.
“Esta chica ha visto demasiadas películas, mucha tele, debe estar obsesionada con lo que le han dicho sus padres”, indicó el que conducía el vehículo.
Las defensas piden la libre absolución de los tres acusados porque no hay ninguna prueba sólida en su contra, y creen que todo es debido, no tanto a una mentira si no más bien a “una percepción equivocada de la realidad”, porque "estaba traumatizada, sentía un miedo intrínseco y fue víctima de “una increíble sugestión”.
La presunta víctima lamentó sentirse cuestionada desde que denunció lo ocurrido, admite que no recuerda las caras de los acusados y del coche sólo dijo con rotundidad que era un descapotable.
Ha declarado que aquella tarde, como solía hacer todos los días, fue a la playa y luego cogió la guagua para regresar a su casa. Mientras andaba sola vio como un coche derrapó delante de ella para interceptarle el paso, mientras que dos jóvenes la persiguieron.
Dice que optó por refugiarse en una ferretería cercana e incluso se escondió debajo del mostrador a causa del pánico y nervios que sufría, hasta el punto de que era incapaz de explicar lo que le había ocurrido.
Un señor, ya fallecido, aseguró en su declaración judicial que identificó a los tres jóvenes, escuchó como decían: “Te escapaste putita” y que la hermana de uno de ellos estaba fuera del negocio como si esperara a alguien.
La Guardia Civil se personó en el lugar y poco después localizaron a los jóvenes en la plaza.
Los agentes aseguraron a la denunciante que en el momento de la detención estaban hablando de este asunto y que venían de comprar droga.
La joven asegura que nueve años después sigue sintiendo miedo, y ha estado cerca de ocho meses sin poder salir sola a la calle y continúa en tratamiento psicológico.
Declaró que el padre le había advertido en varias ocasiones que tuviera cuidado con este tipo de percances.
La trabajadora de la ferretería recordaba que la menor entró exaltada diciendo que la querían meter dentro de un coche, intentó usar el teléfono del negocio pero cómo no funcionaba usó el móvil del testigo fallecido para llamar a la Guardia Civil.
Recuerda que la chica que estaba fuera llamó a su hermano y le dijo que tuviera cuidado porque lo acusaban de lo ocurrido, y otro testigo que estaba en la ferretería aseguró que presenció cómo la chica se refugiaba en el negocio pero dijo que no vio a nadie fuera ni escuchó nada.
La Fiscalía redujo su petición de penas de cárcel de un año y medio a un mes y medio debido a dilaciones indebidas.
No obstante, cree que el relato de la joven es creíble y se ha mantenido inalterado, además de no existir ningún motivo espúreo para acusarlos. “Quizás la intención no era tanto secuestrarla pero al menos sí constreñir su libertad”, dijo.
Las defensas llamaron la atención sobre el hecho de que el coche del acusado no era descapotable, y consideran inverosímil que los tres se hubieran puesto de acuerdo para cometer un delito de tal gravedad y menos a plena luz del día en un lugar en el que todos residían y eran conocidos.
Los tres acusados coinciden en la misma versión. Aquel día dos de ellos iban paseando por la carretera y el que llevaba el coche los vio y paró en seco para llevarlos a la plaza.
Dicen que ni conocen a la chica ni tienen idea de porqué los acusa de este delito y sobre el testigo fallecido todos coincidieron en que era una persona alcohólica. El propietario del coche aseguró en su turno a la última palabra que se vio obligado a venderlo ante los comentarios que tuvieron lugar en el pueblo.
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