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Vivimos tiempos convulsos, donde aflora el desasosiego por todos lados. Globalmente, siguen las persistentes emergencias sanitarias, algunas incomprensibles todavía;hay escasez generalizada de comida, no sólo en el llamado Tercer Mundo, con una cronificación angustiosa, sino que también, es visible y cada vez más abundante, en el rico y modernocapitalismo occidental, donde las colas, en los bancos de alimentos o comedores sociales, que habría que denominarlas de la “vergüenza humana”, cada vez son más largas. Nunca se nos debe olvidar, que el hambre es la mayor de las injusticias.
![[Img #91095]](https://gomeraverde.es/upload/images/06_2023/1549_oscar-izquierdo-fepeco.jpg)
Oscar Izquierdo *
Catástrofes naturalesque, para los alarmistas del cambio climático, hay que recordarles que siempre nos han acompañado a lo largo de toda la historia; guerrasincomprensibles, horrorosas, dejando rastros de sufrimiento y odios irreconciliables, junto a los consabidos conflictos enquistados, desde hace décadas, en varias zonas del planeta. Inquietud económica,donde siempre aparece la inefable palabra “crisis”, sea cierta o interesadamente inventada,que impone recelo, no sólo en el tejido empresarial, que lo padeceinternamente, sino también, a los ciudadanos, que nos vemos afectados personal o familiarmente.
Podríamos seguir enumerando una inmensa lista de acontecimientos negativos o catastróficos, que se padecen o prevén y que en la mayoría de los casos se los inventan, en una futurología descarnada, ordenada a crear un escenario apocalíptico, donde se imponga el miedo, como una forma de control social, político y económico, por parte de quien maneja los hilos de la marioneta en que nos quieren convertir.
El pensamiento único, disfrazado de verde por fuera y rojo ardiente por dentro, escondido o mejor expresado, engañoso, en un ecologismo alarmista, que en la mayoría de las ocasiones, como demuestran, una y otra vez, destacados científicos independientes, serios y responsables, no se corresponde con la realidad, lleva al populismo morado, que engendra pobreza generalizada allí donde se impone, menos a la elite o casta, como lesgustaba decir cuando no la disfrutaban, porque desde que se adueñaron de ella, ahora no la mencionan, ni por casualidad o equivocación y además, después del último varapalo electoral, que padecieron en las últimas elecciones autonómicas y locales, donde los ciudadanos, democráticamente, los han fulminado literalmente de las Instituciones, están como groguis, porque no asumen, ni en sus cabezas llegan a comprender, en su mesianismo, que el pueblo les haya dado la espalda. Han salido esquilmados, derrotados y expulsados por la escasez de votos.
Los demagogos profesionales y aprovechados del erario, que, en los últimos cuatro años, se han dedicado a montar chiringuitos, como dicen en la Península o guachinches, como los denominamos en Canarias, de toda clase o especie, para recibir esplendidos subsidios o contribuciones públicas, para los más diversos, esperpénticos y dudosos asuntos aprovechables o beneficiosos socialmente, se han quedado fuera.
Tenemos que decir, que la vida continua, que se puede sobrevivir, es más subsistir y existir, sin que ellos asuman las batutas de la orquesta de la gobernanza pública. Incluso es un alivio.
Después de esta disquisición, que viene a ser una especie de alivio mental y también, de esperanza fundada, volvemos con el argumentario sobre la negatividad que se ha impuesto, como lapredominancia del pensamiento, unas veces, por la materialidad, que es indudable e innegable en algunos casos concretos y en otros, la mayoría, por la propaganda farsante, que intenta dibujarnos un mundo ennegrecido, a pesar de que, a estos embaucadores, tanto les gusta policromar el ambiente. Resumiendo, vuelven a presentarse a las próximas Elecciones Generales, camelando, con un nombre falsario, ya que sólo saben restar o dividir, ellos mismos, son expertos catedráticos de las más sonadas purgas.
* Presidente de FEPECO
Oscar Izquierdo *
Catástrofes naturalesque, para los alarmistas del cambio climático, hay que recordarles que siempre nos han acompañado a lo largo de toda la historia; guerrasincomprensibles, horrorosas, dejando rastros de sufrimiento y odios irreconciliables, junto a los consabidos conflictos enquistados, desde hace décadas, en varias zonas del planeta. Inquietud económica,donde siempre aparece la inefable palabra “crisis”, sea cierta o interesadamente inventada,que impone recelo, no sólo en el tejido empresarial, que lo padeceinternamente, sino también, a los ciudadanos, que nos vemos afectados personal o familiarmente.
Podríamos seguir enumerando una inmensa lista de acontecimientos negativos o catastróficos, que se padecen o prevén y que en la mayoría de los casos se los inventan, en una futurología descarnada, ordenada a crear un escenario apocalíptico, donde se imponga el miedo, como una forma de control social, político y económico, por parte de quien maneja los hilos de la marioneta en que nos quieren convertir.
El pensamiento único, disfrazado de verde por fuera y rojo ardiente por dentro, escondido o mejor expresado, engañoso, en un ecologismo alarmista, que en la mayoría de las ocasiones, como demuestran, una y otra vez, destacados científicos independientes, serios y responsables, no se corresponde con la realidad, lleva al populismo morado, que engendra pobreza generalizada allí donde se impone, menos a la elite o casta, como lesgustaba decir cuando no la disfrutaban, porque desde que se adueñaron de ella, ahora no la mencionan, ni por casualidad o equivocación y además, después del último varapalo electoral, que padecieron en las últimas elecciones autonómicas y locales, donde los ciudadanos, democráticamente, los han fulminado literalmente de las Instituciones, están como groguis, porque no asumen, ni en sus cabezas llegan a comprender, en su mesianismo, que el pueblo les haya dado la espalda. Han salido esquilmados, derrotados y expulsados por la escasez de votos.
Los demagogos profesionales y aprovechados del erario, que, en los últimos cuatro años, se han dedicado a montar chiringuitos, como dicen en la Península o guachinches, como los denominamos en Canarias, de toda clase o especie, para recibir esplendidos subsidios o contribuciones públicas, para los más diversos, esperpénticos y dudosos asuntos aprovechables o beneficiosos socialmente, se han quedado fuera.
Tenemos que decir, que la vida continua, que se puede sobrevivir, es más subsistir y existir, sin que ellos asuman las batutas de la orquesta de la gobernanza pública. Incluso es un alivio.
Después de esta disquisición, que viene a ser una especie de alivio mental y también, de esperanza fundada, volvemos con el argumentario sobre la negatividad que se ha impuesto, como lapredominancia del pensamiento, unas veces, por la materialidad, que es indudable e innegable en algunos casos concretos y en otros, la mayoría, por la propaganda farsante, que intenta dibujarnos un mundo ennegrecido, a pesar de que, a estos embaucadores, tanto les gusta policromar el ambiente. Resumiendo, vuelven a presentarse a las próximas Elecciones Generales, camelando, con un nombre falsario, ya que sólo saben restar o dividir, ellos mismos, son expertos catedráticos de las más sonadas purgas.
* Presidente de FEPECO
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