Condenan a un año de prisión a un quiropráctico por abusos sexuales a una paciente
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ratifica una sentencia que en primera instancia condenó por abusos sexuales no consentidos a un año de cárcel a un quiropráctico que realizó diversos tocamientos a una mujer durante un masaje.
El profesional llevó, según la sentencia, a cabo los abusos en el interior de la consulta que tiene en la capital tinerfeña y que la mujer abandonó a continuación en estado de shock para presentar la denuncia, a la que un Juzgado de lo Penal le dio la razón.
El facultativo interpuso luego un recurso ante la Audiencia Provincial que ha sido rechazado alegando vulneración de su derecho a la presunción de inocencia y que no había prueba en su contra más allá del testimonio de la paciente que los tribunales consideran “constante, coherente, verosímil y espontáneo”.
En primera instancia el Juzgado de lo Penal “con toda lógica” no vio relación alguna entre un tratamiento por “lumbalgia” con estos tocamientos aunque el acusado dijo que en realidad lo que estaba tratando era una “publagia” o dolor en la ingle.
También declaró que cuando la paciente abandonó la consulta le dio un abrazo en la sala de espera pero los testigos negaron encontrarse en este lugar sino que estaban fuera de la consulta y tampoco vieron abrazo alguno.
Otras condenas accesorias que también han sido ratificadas es que no se podrá aproximar a la mujer a menos de medio kilómetro ni comunicarse con ella por cualquier medio durante dos años.
La pena de un año se sitúa en el mínimo legal y la Audiencia considera que está debidamente motivada, ponderada y ajustada a las circunstancias, al igual que ocurre con la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima.
El fallo es recurrible ante el Tribunal Supremo.
El profesional llevó, según la sentencia, a cabo los abusos en el interior de la consulta que tiene en la capital tinerfeña y que la mujer abandonó a continuación en estado de shock para presentar la denuncia, a la que un Juzgado de lo Penal le dio la razón.
El facultativo interpuso luego un recurso ante la Audiencia Provincial que ha sido rechazado alegando vulneración de su derecho a la presunción de inocencia y que no había prueba en su contra más allá del testimonio de la paciente que los tribunales consideran “constante, coherente, verosímil y espontáneo”.
En primera instancia el Juzgado de lo Penal “con toda lógica” no vio relación alguna entre un tratamiento por “lumbalgia” con estos tocamientos aunque el acusado dijo que en realidad lo que estaba tratando era una “publagia” o dolor en la ingle.
También declaró que cuando la paciente abandonó la consulta le dio un abrazo en la sala de espera pero los testigos negaron encontrarse en este lugar sino que estaban fuera de la consulta y tampoco vieron abrazo alguno.
Otras condenas accesorias que también han sido ratificadas es que no se podrá aproximar a la mujer a menos de medio kilómetro ni comunicarse con ella por cualquier medio durante dos años.
La pena de un año se sitúa en el mínimo legal y la Audiencia considera que está debidamente motivada, ponderada y ajustada a las circunstancias, al igual que ocurre con la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima.
El fallo es recurrible ante el Tribunal Supremo.
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